Cuando la presidenta Michelle Bachelet hizo el anuncio de la entrega de un maletín de lectura a 400 mil familias pobres del país, en el discurso del pasado 21 de mayo, la idea era trabajar lo más rápido posible en la única iniciativa netamente cultural dada a conocer por la Mandataria en su cuenta anual frente al Congreso Pleno.
Pero las cosas no han sido fáciles. Tras una serie de cuestionamientos por parte de expertos en educación sobre la efectividad de la medida para alentar los hábitos de lectura, y de las editoriales por una supuesta falta de transparencia en el inicio del proceso, la Dirección Nacional de Bibliotecas, Archivos y Museos convocó el 20 de junio a un jurado de 13 intelectuales -escritores como Alberto Fuguet, Rafael Gumucio y José Miguel Varas, y profesores como Hugo Montes y Lily Ariztía, entre otros- que eligieron 49 títulos para constituir la primera entrega del maletín.
«Si se cumplen los plazos, el 23 de abril (que corresponde al Día del Libro) deberíamos entregarlos», declaró en esa ocasión Nivia Palma, directora de la Dibam.
Pero no será así. Desde el 2 de octubre, cuando se dieron a conocer los títulos, han pasado casi dos meses, y recién ayer las editoriales pudieron acceder a las bases de la licitación. El documento de 32 páginas especifica las características de los libros requeridos (dimensiones, tamaño de letra, tipo de empaste etc.) y los plazos. Habrá tres semanas para la entrega de muestras (hasta el 15 de enero). Y según la misma calendarización, contando desde ayer y hasta la entrega definitiva del material a los beneficiarios pasarán 165 días. Eso, sin contemplar los plazos de revisión, empaquetamiento y distribución del material.
En definitiva -«en el mejor de los casos», según Tamara Marchant, de la Dibam-, la entrega a las primeras 133 mil familias se hará hacia fines del mes de junio.
El rol de la Contraloría
Un factor crucial en la demora del proceso tiene que ver con los montos involucrados. Se trata de más de dos mil millones de pesos, cifra superior a las 4 mil UTM estipuladas como umbral para que se requiera un trámite especial: la toma de razón por parte de Contraloría. Este documento legal es indispensable para emitir las órdenes de compra.
Entre los 49 títulos propuestos por el jurado figuran textos clásicos como Corazón, de Edmundo de Amicis; cuentos de Oscar Wilde y obras de Gabriela Mistral, Pablo Neruda y Oscar Castro. También hay propuestas más innovadoras como: dos obras de Tim Burton y cuentos costumbristas de nuevos autores, como Osvaldo Torres, con Cóndor Mallku, y la adaptación de José Quidel para Un niño llamado Pascual Coña.
Según las bases, la licitación está abierta a proveedores chilenos y extranjeros, que pueden postular a la venta de uno o más títulos. En total, se adquirirán 1.064.000 volúmenes para los 133 mil maletines, lo que da un total de 8 libros por familia, uno de los cuales será un diccionario.
La Tercera
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