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A partir de las experiencias adquiridas tanto por los rusos con la Mir como por los estadounidenses con el Skylab, surgió la idea de un gran proyecto espacial que, dada su envergadura, necesitaba de la cooperación de diversos actores, como Estados Unidos, Rusia, Canadá, Japón y algunas naciones europeas.

La historia de la estación empieza en 1993, cuando Estados Unidos y Rusia firmaron un acuerdo para su realización, fusionando los programas Freedom y Mir 2, que debido a sus altos costos no podían ser asumidos por ninguno de los dos países. Como consecuencia de este pacto, comenzaron las primeras misiones conjuntas entre rusos y estadounidenses, que consistieron en acoplamientos entre el transbordador espacial de los primeros y la estación Mir, con lo cual los rusos mantenían en funcionamiento su estación y los estadounidenses reunían experiencia para futuras misiones.

En diciembre de 1998 se acoplaron en el espacio los módulos Zarya y Unity.

Actualmente, la Estación Espacial Internacional se puede ver a simple vista como uno de los objetos más luminosos del cielo.