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La firma de acuerdos comerciales y de cooperación (tema que será analizado en profundidad en el próximo capítulo) fue el puntapié inicial para la inserción del país en la comunidad internacional. Actualmente, la globalización ha fijado nuevos desafíos para nuestro país. Fortalecer las relaciones con Latinoamérica es una de las prioridades, así como también supervisar el correcto funcionamiento de los tratados comerciales ya suscritos, posicionar a Chile como un puente comercial de la cuenca Asia Pacífico e incorporar más activamente a los chilenos que viven en el exterior en los asuntos del país.

También, en el último tiempo, el tema energético ha sido crucial para enfrentar nuestra relación con otros Estados, principalmente con los países vecinos. Chile está obligado a suscribir acuerdos con los países proveedores y comercializadores de combustibles, así como también se ha fijado como propósito durante los últimos años establecer tratados de cooperación con países que se encontraban en similar situación al nuestro y que, mediante la diversificación energética y búsqueda de fuentes alternativas, superaron el problema.

Chile también avala acciones internacionales de paz, seguridad y desarrollo social. Siendo miembros de organismos internacionales, como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) o la Organización de los Estados Americanos (OEA), ha desarrollado proyectos como las misiones de paz o la observación internacional de procesos eleccionarios con la finalidad de preservar la democracia y promover el respeto a los derechos humanos.

Representaciones en el exterior

En las relaciones que entabla nuestro país con el exterior son de gran importancia las misiones diplomáticas, entre las que destacan las embajadas y consulados.

Las embajadas corresponden a representaciones del gobierno de un país ante el gobierno de otro, sirviendo como un medio de comunicación entre ambos. Su autoridad máxima es el embajador, quien es designado por el presidente de la República y corresponde a un funcionario público de su más absoluta confianza, ya que debe ocuparse de asuntos políticos, económicos, financieros, económicos y culturales.

Los consulados, en tanto, son oficinas administrativas de un país en el extranjero, que permiten la realización de diferentes trámites (legalización de documentos, entrega de certificados, etc.) como si se estuviera en el país de origen. El cónsul actúa como un notario público, dando fe de la autenticidad de los documentos e informaciones emitidas.

Nuestro país, además, posee dos misiones diplomáticas permanentes en la ONU y en la OEA, ambas con sede en Estados Unidos.

Miembro fundador

Según el artículo 4 del Capítulo 2 de la Carta de las Naciones Unidas, pueden ser miembros de esta organización «todos los demás Estados amantes de la paz que acepten las obligaciones consignadas en la Carta y que, a juicio de la Organización, estén capacitados para cumplir con dichas funciones y se hallen dispuestos a hacerlo».

El 24 de julio de 1945, nuestro país ingresó como miembro permanente de este organismo, siendo uno de los 51 Estados fundadores. Durante estos años, Chile ha integrado las seis comisiones de trabajo que conforman esta organización: Desarme y Seguridad Internacional, Asuntos Económicos y Financieros, Asuntos Sociales, Humanitarios y Culturales, Política Especial y Descolonización, Asuntos Administrativos y Presupuestarios y Asuntos Jurídicos. Además, nuestro país también ha sido miembro en diversas oportunidades del Consejo Económico y Social, el Consejo de Seguridad y la Comisión de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, entre otras instancias de debate y decisión que posee esta entidad.

Actualmente, el representante permanente de Chile ante las Naciones Unidas, que posee la categoría de embajador extraordinario y plenipotenciario, es Heraldo Muñoz. La misión de Chile en este organismo también la integran cerca de 14 personas, entre asesores, secretarios, consejeros, y otros profesionales.

Misiones de paz

Nuestro país, como miembro de las Naciones Unidas, ha participado en diversas misiones de paz. Estas tienen por objetivo mantener la estabilidad global, otorgar apoyo humanitario a quienes lo necesitan y ratificar la política exterior de nuestro país, basada en la cooperación y la conservación del bien común.

Tanto la Armada de Chile como el Ejército, la Fuerza Aérea, Carabineros e, incluso, efectivos de Investigaciones, han participado en:

Misión de observación de las Naciones Unidas para la India y Pakistán: desde 1949, efectivos militares nacionales se encuentran en la zona para supervisar el cese del fuego en la zona de Cachemira.

Autoridad de Transición de las Naciones Unidas en camboya (UNTAc): operación militar llevada a cabo entre los años 1992 y 1993.
En esta acción, nuestro país colaboró con la presencia de 53 efectivos, los que integraron una fuerza multinacional de 15.000 hombres.
Todos ellos debieron resguardar el normal desarrollo de elecciones democráticas en el país asiático, que por casi 20 años presentaba problemas de gobernabilidad. La unidad de chilenos fue designada a una base en Phnom Pehn, donde era necesario desmovilizar y desarmar a los bandos que todavía permanecían perturbando los ánimos en la región. Entre las tareas desarrolladas por los efectivos nacionales estuvieron el patrullaje fluvial y el control de armas y de zonas minadas.

Misión de observadores militares Ecuador-Perú (MOMEP): entre 1995 y 1999, nuestro país participó en las operaciones de mantenimiento de paz entre estos dos países, enfrentados por problemas limítrofes en la cordillera del Cóndor. Los efectivos chilenos realizaron, junto a otros militares de los países garantes del acuerdo de paz, entre los que se encontraban Argentina, Brasil y Estados Unidos, misiones de vigilancia terrestre y aérea. Su objetivo era asegurar la inexistencia de operaciones militares beligerantes en la zona de confl icto, así como también verifi car que la cantidad de armamento y de tropas peruanas y ecuatorianas no excediera el máximo permitido.

– Fuerza de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la Paz en chipre (UNFIcYP): misión de paz cuyo principal objetivo era constatar el respeto de la tregua acordada en la zona de conflicto entre las tropas turcochipriotas y greco-chipriotas. Desarrollada a partir de 2001, durante los primeros años nuestro país debió aumentar los efectivos presentes en la zona, pasando de uno a 16. Sin embargo, tras la reducción de tropas en la zona, existen solo 7 efectivos de la Armada.

Organización de las Naciones Unidas para la supervisión de paz en Palestina (UNSTO): la Armada de Chile ha participado en esta misión desde 1967 hasta 1992. Actualmente, permanece un efectivo como observador en la zona, en la frontera de Israel con el Líbano y Siria.

Misión de paz en los Balcanes (MINUK): a partir de 2003 se encuentran algunos militares chilenos en la zona de conflicto entre Bosnia y Herzegovina.

Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (MINUSTAH): corresponde a la misión de paz más importante en la que ha participado Chile en los últimos años.
Comenzó en junio de 2004 y la integran efectivos de la Armada, del Ejército, Fuerza Aérea, Carabineros e Investigaciones, los que suman, en total, 557 hombres. Su principal tarea es otorgar seguridad al proceso de estabilización del país caribeño.

Asociación americana

Chile fue uno de los 21 países que, en 1948, en la ciudad de Bogotá, dieron origen a la Organización de los Estados Americanos (OEA). Esta corresponde a la principal instancia de debate del continente y tiene entre sus objetivos el fortalecimiento de las relaciones entre los países miembros, el fomento de la paz y la seguridad en los pueblos, la consolidación de la democracia, la promoción de los derechos humanos y de un desarrollo social y económico sustentable.

Sus inicios se remontan a las primeras décadas del siglo XIX, cuando Simón Bolívar postuló la idea de crear una asociación de estados americanos. En 1948, con la ratificación de la Carta de la Organización de los Estados Americanos y la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, se creó la organización como la conocemos hoy, fijando su sede en la ciudad de Washington.

En la actualidad, 35 países la componen, incluyendo a Cuba, a pesar de que, desde 1962, este país se encuentra suspendido, ya que su régimen comunista de gobierno fue considerado incompatible con la orientación de la organización.

A partir del 25 de mayo de 2005, el chileno José Miguel Insulza fue elegido secretario general por los países miembros de la organización. Como máxima autoridad, uno de sus principales logros ha sido reestructurar el organigrama de la Secretaría General, para hacer más eficaz su gestión. De esta manera, creó las subsecretarías de asuntos públicos, la de seguridad multidimensional, la de administración y finanzas y el departamento de asuntos jurídicos internacionales.


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