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Francisco Coloane Cárdenas nació en Chile, en la ciudad de Quemchi el 19 de julio de 1910. Hijo de Juan Agustín Coloane, capitán de barcos balleneros y mercantes y Humiliana Cárdenas, pequeña propietaria agrícola. Cursó sus estudios primarios en escuelas locales (Quemchi) y luego en el Seminario de Ancud, donde cursó hasta segundo año de educación media.

Mientras estudiaba, trabajó como secretario y comenzó a publicar relatos en revistas y diarios locales. En 1927 hizo el Servicio Militar y dos años después fue contratado como aprendiz de capataz en una estancia de Tierra del Fuego, experiencia que dará tema a gran parte de su obra. Más tarde colaboró en diarios como «El Magallanes» de Magallanes y «Las Ultimas Noticias» de Santiago.

En 1932 contrajo matrimonio con Manuela Silva, y trabajó en el Apostadero Naval de la ciudad de Magallanes.

En 1938 llegó a Santiago y se dedicó al periodismo y a recopilar cuentos y relatos que públicó en diversos diarios y revistas. Trabajó en una Compañía teatral, y en el Servicio de Salud, en cuyas revistas también colaboró. Incursionó también en cine, con algunos argumentos, como «Si mis campos hablaran«. En este campo artístico autorizó la filmación de sus novelas «Cabo de Hornos«, «La Tierra del Fuego se apaga» y «El último grumete de la Baquedano«.

Ganó el Premio Nacional de Literatura en 1964. Le debemos a Coloane el conocimiento de las regiones más desconocidas de la geografía chilena y más que eso: la recreación de la vida simple de seres humanos victoriosos o derrotados pero siempre empeñados en una lucha sin tregua en medio de la magia, el misterio, los sueños, la realidad y la leyenda.

Viajó en numerosas ocasiones al extranjero como jurado de concursos literarios e invitado a congresos de escritores. En nuestro país ocupó en una ocasión el cargo de presidente de la Sociedad de Escritores y varias veces el de director. También fue integrante del Colegio de Periodistas.

Una de sus actividades más apreciadas, es la de su aporte a la educación chilena, en la forma de charlas en colegios y como ayuda personal a trabajos de investigación.

Algunos de sus cuentos y novelas han sido traducidos a distintos idiomas como el inglés, ruso, sueco y esloveco. En 1994 fue traducido al francés, y su obra «Tierra del Fuego«, con prólogo del escritor chileno Luis Sepúlveda ocupó los primeros lugares de venta en el país galo, con excelente crítica.

En 1996 el gobierno de Francia le otorgó la orden Caballero de las Artes y las Letras, distinción que antes recibieron autores como Jorge Luis Borges y Mario Vargas Llosa, y en ese país se publicó Naufragios, título que fue lanzado un mes después de su muerte por Editorial Andrés Bello. «Un libro de aventuras y de combate«, escribió el diario L’Express. «Y una suerte de testamento donde el viejo Coloane, sintiendo su muerte próxima, entona su último canto: un elogio de la extremidad«.

El escritor falleció el lunes 5 de agosto de 2002 de un paro respiratorio y fue cremado en el Cementerio General, aunque su deceso se supo recién el día después, debido a que él había dejado expresas órdenes de bajarle el perfil a su muerte. En el mes de septiembre, la familia lanzó sus cenizas al mar.

Algunas de sus obras

1935: Su primer cuento «Perros, Caballos, Hombres«.
1941: «Cabo de Hornos» (Cuentos). «El Ultimo Grumete de la Baquedano» (Novela).
1945: «La Tierra del Fuego se Apaga» (Drama), «Los Conquistadores de la Antártida» (Novela).
1971: «El Chilote Otey y otros relatos«.
1956: «Tierra del Fuego» (Cuentos).
1957: «Golfo de Penas» (Cuentos).
1962: «El Camino de la Ballena«.
1968: «El Témpano de Kanasaka» (Cuentos).
1975: «Tierra Ajena. Antología de cuentos«.
1980: «El Guanaco Blanco«.
1981: «Rastros del Guanaco Blanco«.
1983: «Crónicas de India«.
1985: «Antártica: Una Visión Geográfica del Continente Helado«.
1991: «El Corazón del Témpano» (Novela).
1995: «Velero Anclado«(Crónicas).
2000: Edita sus memorias denominadas «Los Pasos del Hombre«
2002: Naufragios (Libro póstumo)

¿Sabías que?

Algunos CRÍTICOS compararon a Coloane con Melville, Verne y Conrad.

Reseñas de sus libros más importantes

Tierra del Fuego. Relatos.
Este impresionante conjunto de relatos dio a conocer a Coloane al público europeo tras su traducción al francés en 1994. El cuento que presta su nombre a la colección fue llevado al cine por Miguel Littin, en 1998. En registro épico, desnuda la codicia y ambición de los hombres, a través de la figura de Julius Popper, aventurero rumano que tras descubrir una veta de oro, forma su propio ejército y se autoproclama «Rey del Páramo», como se conocía a toda la región patagónica. El cuento compendia detalladamente las peculiaridades geográficas de la Patagonia, gracias a los antecedentes recopilados por Coloane durante su pemanencia como trabajador en la zona, en la década de los ’30.

Cabo de Hornos. Relatos (1941)
Titulado originalmente «Pelo de lobo», el relato que da nombre a la colección significó el debut de Coloane en narrativa. En la historia de dos ingleses cazadores de lobos y un fugitivo de Ushuaia ya se aprecian el estilo y los temas que se transformarán en la marca registrada del escritor: la ambición de quienes están dispuestos a llegar al fin del mundo en busca de oro y pieles, la consiguiente mezcla de razas y nacionalidades de los aventureros y, por sobre todo, las fuerzas de la naturaleza. «Nada debe extrañar al hombre de esas tierras; que un barquichuelo se haga a la mar con cuatro marineros y regrese con tres; que un cúter haya desaparecido con toda su tripulación», escribe.

El Último Grumete de la Baquedano. Novela.
Escrita en 1941, fue llevada al cine por Jorge López en 1983. Combinando un conocimiento de la cotidianeidad de los marinos y la vida de Alejandro Silva, un polizón, la novela recrea la atmósfera que envuelve a sus personajes en la última travesía del buque escuela La Baquedano, durante su viaje de instrucción desde Talcahuano hasta el Cabo de Hornos. Por su simpleza estilística y carácter aventurero, esta obra de ha sido integrada entre las lecturas escolares de Chile.

Velero Anclado. Crónicas.
Coloane hizo sus primeros trabajos como periodista en Punta Arenas, durante su adolescencia. Pero fue al llegar a Santiago que comenzó a desarrollar de verdad su faceta como cronista, que ejerció hasta comienzos de los años 80. Las 24 crónicas recogidas en el volumen Velero Anclado no están ordenadas cronológicamente. La primera parte recoge los trabajos de Coloane centrados en la zona austral de Chile; la segunda, sus escritos referidos a viajes y la tercera está dedicada a amigos como Neruda y Edwards Bello.

Cuentos Completos. Antología.
La recopilación de Alfaguara data de 1999 y permite apreciar en perspectiva la obra de Coloane, que se caracteriza por combinar momentos álgidos, llenos de dramatismo, y pasajes mansos, descriptivos y líricos, de contemplación de un mundo primigenio. El conjunto puede leerse como una recopilación donde cada pieza tiene su sentido y valor particular, y también como una novela, por su continuidad geográfica.

Los pasos del hombre. Memorias.
A lo largo de las 275 páginas del libro que completó en 2000, el escritor pasa revista a su vida. La narración se inicia con la infancia de Coloane en Chiloé, como hijo de un marino y una campesina, y da cuenta de su temprano acercamiento a los mares del sur de Chile, de la mano de su padre, además de su paso por Puerto Montt y su estada en Magallanes. Los episodios de acción se combinan con una faceta reflexiva. Los paisajes se suceden. Del mismo modo, el lector se asoma a los múltiples oficios y condiciones de Coloane: navegante, ovejero, capataz, periodista, exiliado, amigo de Neruda, viajero, defensor de los aborígenes australes y, por supuesto, escritor.

Naufragios. Recopilación histórica
Editorial Andrés Bello lanzó, un mes después de su muerte, esta «antología de los más bellos naufragios», como la llama el editor francés del libro, que ya fue editado en el país galo por Phébus. Coloane deja de lado sus propios recuerdos y revisa los grandes hundimientos ocurridos en los mares australes, desde el naufragio de la «Santiago», una de las embarcaciones de Hernando de Magallanes, hasta el de un catamarán en las costas de Chiloé, hace sólo dos años. Coloane recuerda los desastres que lo impresionaron, «por la variedad de efectos que produce ese tipo de vivencia en el alma». Porque «no hay situación que palpe la evanescencia de la muerte como aquel acto de ser ‘tragado por el mar'».


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