La casa de mi abuela es muy grande y tiene un gran jardín encerrado.
Este verano iremos a su casa. Mi abuela es un poco gruñona, ya que no lo gusta que las personas que van a su casa vean su hermoso jardín. Yo creo que ella es muy egoísta.
Ella el otro día fue a cocinar el almuerzo y se le cayeron las llaves del jardín. Yo las recogí, lo abrí y se trataba del jardín más hermoso que pude haber visto en toda mi vida. Pero no pude seguir mirando, porque me quedé ciega.