En un orfanato en Londres había un niño llamado Timy, sus padres habían muerto en un accidente automovilístico cuando Timy era bebé.
La dueña del orfanato se llamaba Gerda y era la persona más antipática del mundo. Los niños tenían que trabajar para poder comer un trozo de pan y un vaso de leche. Se tenían que levantar a las 7:45 am. No tomaban desayuno, sólo trabajaban todo el día.
Bueno comencemos la historia.
En una fría mañana de invierno Gerda con su silbato agudo despertó a todos los niños. Ellos tan asustados de madam Gerda, se paraban al lado derecho de su cama, madam Gerda les gritaba_ «Tú lavarás la loza, tú limpiarás el piso»; y a Tim le decía «tú saldrás a comprar pan, leche y vino a la tienda de la esquina».
Ernesto, el dueño de la tienda de la esquina conocía a madam Gerda, él había estado en su orfanato. Don Ernesto era muy amable con Timy y los demás pero con madam Gerda no era amble, bueno, todos sabemos por qué.
Timy cuando llegaba a la tienda le decía a don Ernesto, que madam Gerda le había pedido pan, leche y vino. Don Ernesto le entregaba a Timy lo que necesitaba.
Un día bien temprano llegó la secretaria del presidente pidiéndole un niño para adoptar. Madam Gerda le mostró todos los niños y la secretaria se llevó a Timy, el más pequeño.
El presidente quedó feliz con Timy, cuando el presidente le preguntó qué hacían en el orfanato, Timy asustado le respondió que trabajar, entonces el presidente dio un salto y llamó a su secretaria Marta; el presidente le contó a Marta lo sucedido y ella salió del palacio a la policía. Ahí Marta habló con el comandante Gerardo.
El comandante Gerardo llamó a seis patrullas, las patrullas rodearon el orfanato de madam Gerda; ella estaba asustada ya que la podían haber descubierto pero los niños en cambio estaban felices porque los iban a salvar.
Madam Gerda fue ahorcada en la prisión de Washintong DC.
Los niños fueron adoptados por distintos presidentes, reyes, ministros etc…
Timy hizo una gran fiesta en su palacio.
Y vivió feliz por siempre.