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Marcos y Macarena eran dos hermanos que se fueron de vacaciones  con sus padres a una casa que quedaba en el campo.

Cuando llegaron los niños y se instalaron en una pieza, decidieron dormir en el mismo dormitorio porque a Macarena le daba mucho miedo.

Llegó la noche y todos se fueron a dormir.  Los hermanos se desvelaron conversando, cuando de pronto se abrió la ventana, los pequeños muy asustados se abrazaron, luego sopló un viento muy fuerte y helado, y por ultimo se apareció una mujer muy vieja, arrugada y su pelo era extremadamente blanco.  Marcos con voz muy temerosa le dijo:

– ¿Quién es usted?

– Una persona que no conoces -respondió la mujer con voz de misterio-.

– ¿Qué hace aquí? -preguntó Macarena-.

– Lo que tú menos te esperas -respondió la anciana Perdiéndose en un humo muy plomo que se apareció-.

Los niños muy asustados por lo sucedido y a la vez muy curiosos por las palabras de esta mujer fantasma no durmieron en toda la noche esperando que volviera a aparecer pero no pasó nada.

A la mañana siguiente después del desayuno los niños fueron a jugar al jardín y de repente vino el mismo viento de anoche y en este venía la anciana fantasma, esta les dijo que quería conversar con ellos, los muchachos muy asustados aceptaron…

- Yo los conozco desde que son unos bebés , dijo la mujer.

– ¿Y de dónde nos conoce usted? -preguntó Marcos-.

– Soy la tía de su padre -respondió la anciana-.

– ¿Y por qué mi padre no nos contó nada de usted? -preguntó Macarena-.

– Porque yo estoy muerta -respondió esta vez la mujer-.

- ¡Qué! Los niños se asustaron mucho, ya que jamás habían experimentado una experiencia así.

– Pero no se asusten -les dijo la mujer-.

- ¿Y a qué vino a esta casa? -preguntó la niña-.

- A cobrar venganza. Respondió y nuevamente se despareció de igual manera que la otra noche.

En el momento que la tía abuela de los muchachos se marchó, muy curiosos partieron a preguntarle a su padre dónde quedaba el sótano. Los niño creían que yendo a ese lugar de la casa podrían averiguar algo sobre porqué y a quién la tía de su papá iba a cobrar una venganza. Los dos hermanos se repartieron el trabajo, Macarena debía buscar en todas las cajas del lugar y Marcos en los muebles viejos y polvorientos.

En el momento que la niña abrió la primera caja y encontró una fotografía el la cual aparecía una mujer igual a la que se les apreció en la noche y junto a ella se encontraba abrazada otra mujer de su misma edad, los niños le fueron a preguntar a su padre quienes eran esas dos mujeres, este les dijo que era su tía y una amiga de ella, los niños muy desilusionados, ya que creían que iban a encontrar alguna cosa con respecto a la venganza que mencionó supuestamente su tía abuela, se fueron a jugar al jardín apareció nuevamente
la mujer pero esta ves los niños no la dejaron hablar y le dijeron:

– ¿Quién es esa mujer con la que sale en esta foto? -preguntó Macarena-.

– Esa era mi amiga hasta que me traicionó, respondió.

– ¿Y cómo se llamaba esa amiga suya? -preguntó Marco-.

– Julia -respondió la mujer-.

– Pero, si así se llamaba usted -preguntó Marcos-.

– Ah, pesé que preguntabas mi nombre, no el de mi amiga -respondió esta vez muy temerosa la mujer-.

– ¡Mentira!, usted no es la tía de mi padre -la enfrentó Macarena-.

-¡No Macarena, yo soy tu tía Julia! -dijo la mujer-.

– ¡Usted es la amiga de mi tía abuela y a ella le quiere cobrar venganza! -dijo muy enojada Macarena-.

– ¡Bueno, sí yo no soy tu tía abuela, soy la amiga y no vengo ha cobrar venganza vengo en busca de la maldición que hice cuando ella me traicionó y aún no ha comenzado! -dijo la mujer y nuevamente desapareció-.

Los niños corrieron en busca de su padre para preguntarle a caso sabía si su tía había traicionado a esa amiga que les contaba.

El padre de los muchachos les dijo que él se acordaba de una gran pelea que tuvieron ambas, en ese momento Macarena muy ansiosa le preguntó en qué consistía:

– Por lo que me acuerdo, parece que esta mujer…  Sandra, sí Sandra se llamaba, practicaba la magia negra y en el momento que mi tía supo el gran secreto de esta mujer le contó a su familia, ya que la tía Julia nunca aceptó a la gente que practicaba tal tipo de magia y menos lo haría con su mejor amiga.

Cuando la señora supo que mi tía había revelado su secreto, esta le lanzó una maldición a la casa pero esta nunca se llevó a cabo.

– Ya, gracias papá, chao nos vamos a jugar.

Los niños corrieron hacia el jardín para que la mujer apareciera y enfrentarla, pero no, fueron al cuarto, tampoco apareció, luego al sótano, esperaron un momento y apareció nuevamente con el cuerpo de la tía Julia:

– ¡Tú de nuevo aquí y usando el cuerpo de nuestra pobre Tía abuela! Muy enojada le hablo Macarena.

– ¡ No niños!, yo soy la verdadera tía Julia y no esa ex amiga mía y que por lo que veo ya estuvo aquí.

– Y ¿ Cómo puede comprobar usted que es mi tía abuela? -preguntó Marcos-.

– Tú padre se llama Andrés, tú Marcos y tu hermanita Macarena, ¿ o no? -respondió la tía Julia-.

– Si usted es mi tía abuela, ¿para qué se nos apareció? -preguntó Marcos-.

– Vine para que sean ustedes los que impidan la maldición que me hizo esa mujer y ya se acerca la fecha para que se cumpla, le respondió la mujer.

– Y ¿cómo vamos a impedir nosotros esa maldición? -preguntó Macarena-.

– Tienen que ir al sótano y buscar en unas cajas una especie de testamento que dejó esta mujer, luego correrán hacia mi cuarto con ese papel en mano y debajo de la cama están las instrucciones para deshacer el hechizo, le dijo la tía Julia.

Los niños fueron nuevamente al sótano y desarmaron casi todo el lugar tratando de encontrar el famoso testamento, bajo de un mueble había una caja muy sucia y polvorienta, en esta se encontraba una cantidad enorme de papeles, entre estos estaba el testamento del cual hablaba la tía abuela Julia. Los niños siguieron las instrucciones y corrieron hacia el cuarto y nuevamente se pusieron a buscar las instrucciones:

– ¡ Aquí están! -dijo muy feliz Macarena-.

Los muchachos leyeron las instrucciones y decían así:

1. Junten un kilo de arena negra.
2. A la arena échenle harina.
3. Esta mezclan la quemaran con un mechón de pelo negro y una prenda de ropa, de la persona a la cual se le ha lanzado esta maldición.
4. Luego las cenizas las tiene que lanzar al viento y en ese momento deberán mencionar las siguientes palabras «Vete de aquí traición maligna, vete te lo digo yo».

Cuando los niños estaba haciendo la mezcla, se les apareció la señora Sandra y les dijo :

– ¡Ja, ja, ja! Nunca podrán deshacerme de mi y de mi gran maldición, si claro van a deshacer la maldición de la casa pero la que les acabo de lanzar a ustedes no la podrán deshacer jamás, ¡Ja, ja ,ja! , y desapareció de una forma muy burlesca.

Los niños muy preocupados decidieron continuar la operación, en el momento en que los muchachos terminaron y como ya era de noche se fueron a acostar.

Pasaron dos semanas y la familia estaba lista para marcharse hacia su hogar, la mujer no se apareció más y la tía Julia por fin descansó en paz.

De la maldición que les hizo a ellos no se supo jamás.


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