Había una vez una princesita llamada Perlita que lo único que quería era ser muy feliz. Sentía que nadie la entendía, para los demás ella solo era un juguete con el que podían jugar y hablar con ella cuando les convenía… era solo un fantasma.
Había gente a la que quería mucho ella pero creía que solo era un objeto… que por sus tonterías ella era un payaso para que lo demás se pudieran reír.. todo estaba perdido… pero ella salía adelante…
Un día en el colegio ella no resistió más y se escondió en el baño… y rompió a llorar.
Todo se derrumbó, lo que quedaba de sus fuerzas ya no quedo más… luego al llegar a la sala de clases estaban todos callados, entró sin decir nada más que: «Hola Seño».
Al llegar a su hogar… tomó sus bolsos, los empacó y se dirigió sin rumbo en un bus, muy lejos.
Día del Carabinero