Érase una vez un perro que se llamaba Lucas. Él era muy pero muy feliz. Un día la gata Michi y el hamster Risueños (que los tres eran amigos y mascotas del mismo dueño) le dijeron:
– ¿Por qué siempre estás feliz?, si hay momentos malos y hay momentos buenos, por ejemplo– le dijo el hamster. –Cuando te lastimas lloras, cuando peleas te enojas, cuando es tu cumpleaños estás feliz, etc-.
– Es cierto- decía el perro.
– Sí, sí es cierto- dijo la gata. -Ahora ya aprendiste que por qué no tienes que estar feliz todo el tiempo.