La contaminación del agua está asociada directamente a problemas sociales, tales como: acceso al agua potable, la salubridad, higiene, etc.
Los costos de solución, hasta el momento se han catalogado como «externalidades» a los costos de producción, y por esta razón generalmente son «ignorados» por la población. No obstante, el tratamiento de las aguas residuales, tanto industriales como domiciliarias, ya comienza a ser una práctica más común.
En nuestro país son numerosos los municipios que han comenzado a disponer de plantas de tratamiento de las aguas servidas, contribuyendo con ello a disminuir la contaminación.
Entre los costos indirectos están:
– Ausentismo laboral, provocado por enfermedades gastrointestinales transmitidas por el agua potable impura.
– Gastos médicos y hospitalarios, en el tratamiento de las enfermedades y patologías derivadas del consumo de aguas contaminadas, por metales pesados, mutágenos, y otros.
– Disminución del volumen de aguas naturales limpias, aptas para el consumo poblacional y cultivo agrícola.