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La escultura del Roto Chileno de Virginio Arias no fue hecha, según las fuentes, por un encargo oficial. El artista la concibió por iniciativa propia, al comienzo de su larga estadía de estudios en París (1874-1890), en la misma época en que Chile libraba la Guerra del Pacífico (1879-1883).

En 1882, Arias postuló al Salón de París con esta obra, titulada primeramente «Héroe del Pacífico». El escultor fue admitido y logró su primer éxito artístico, obteniendo una mención honrosa. Dos años más tarde la escultura fue distinguida con la medalla de oro en la Exposición Nacional de Santiago en Chile. Con estos antecedentes, la Municipalidad de Santiago compró la obra de Arias, y, probablemente también asumió la parte de la fundición.

Significativo fue el hecho de que la Municipalidad designara la Plaza Yungay para el emplazamiento del Roto Chileno. Esta plaza, catalogada como una típica plaza de barrio de Santiago, fue proyectada después de la Guerra contra la Confederación (1839). En ella se celebra, desde el año 1889, y cada 20 de enero -fecha del triunfo en Yungay- la Fiesta del Roto Chileno.

Según consta en la inscripción del Instituto de Conmemoración Histórica, colocada sobre una cara del pedestal, el joven personaje representa a Justo Estay, arriero guía del General San Martín. El joven está vestido de labriego, con camisa y pantalón arremangados, y sostiene un fusil en la mano derecha que topa a la base. Atrás de la figura hay una gavilla de trigo, en cuyo costado se asoma una pequeña hoz. No se conoce si la intención del artista era realmente representar a un personaje particular como Justo Estay, o expresar su visión del joven campesino chileno que va a la guerra, en un sentido general, transformándolo en un emblema nacional, que habla por sí mismo.

La estatua del Roto Chileno en la Plaza Yungay interpreta un sentir popular que no se había logrado con otros proyectos de monumento, decretados con el fin de conmemorar hechos triunfales de la Independencia. En varias oportunidades sucedió que se disponía la realización de monumentos en conmemoración a determinadas gestas, sin que ellos llegaran a materializarse. Ello ocurrió, por ejemplo en el caso de la Batalla de Yungay, ocurrida el 5 de abril de 1839, tras el cual se decretó que se decretó un monumento, nunca materializado, como tampoco el Monumento a la Independencia en 1849 o el Arco de Triunfo en 1878, destinado este último a la Plaza Yungay. Sin realización quedó también el proyecto del Monumento a las Mujeres de la Independencia de Nicanor Plaza, planteado en ocasión del Centenario, que estuvo a punto de ser realizado.

Los proyectos cosmopolitas de conmemoración, como los arcos de triunfo, no cubrían en dicho momento la necesidad de representar la pertenencia colectiva de un país en particular. Para interpretar el sentimiento nacional, consolidado con los triunfos de la Batalla de Yungay y de la Guerra del Pacífico, el Roto Chileno era mucho más concreto e idóneo.

La escultura de Virginio Arias es de tamaño natural, pero no monumental. Para aumentar la escala, la obra, de aproximadamente un metro y medio de alto, se colocó sobre un pedestal rústico que duplica la altura de la estatua. El pedestal, hecho de cemento, imita a una gruta natural y tiene una pila en su interior. Fue arreglado en 1997, en la reciente remodelación de la Plaza Yungay efectuada por la Municipalidad de Santiago, ocasión en la que se le cambió la base.

Por Liisa Flora Voionmaa T, fuente Consejo de Monumentos Nacionales


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