LA TERCERA, 27 de noviembre de 2006.
Por : Sofía Otero
Subir puntos en la prueba Simce sale caro. Supuestamente, la Jornada Escolar Completa (JEC), puesta en marcha en 1997, incrementaría los resultados académicos de los alumnos, pero esto no se ha visto reflejado en las pruebas nacionales que miden la calidad del aprendizaje. El gobierno invierte más de 400 millones de dólares anualmente en gastos operacionales de la JEC y con ello sólo ha ganado 4 puntos en Lenguaje y 0 punto en Matemáticas, para las escuelas municipales.
Así lo concluye el estudio “Desde la Media Jornada a la Jornada Escolar Completa”, del investigador Juan Pablo Valenzuela, del Programa de Investigación en Educación de la Universidad de Chile, que evalúa el efecto de la JEC en la calidad educacional de los colegios. “Los efectos de la JEC han sido positivos, pero pequeños, considerando la magnitud de los costos asociados”, dice Valenzuela.
El estudio midió los resultados del Simce entre 1999 y 2002 de 718 escuelas urbanas con JEC y los comparó con un grupo compuesto por 1461 escuelas con jornada parcial.
Aumenta la iniquidad
Uno de los objetivos centrales de una de las medidas estrellas impulsada por el Presidente Frei era disminuir la iniquidad en la educación. Al pasar más tiempo en las escuelas, se generaría un efecto positivo en los niños más vulnerables, pues se compensaría su menor capital cultural.
Sin embargo, la brecha sigue aumentando. Los establecimientos subvencionados con JEC obtienen mejores resultados que los municipales con el mismo programa. Mientras los primeros han subido 8 puntos en Lenguaje y 6 puntos en Matemáticas entre 1999 y 2002 los segundos sólo han ganado 4 y 0 punto, respectivamente. Esto se explica, según Valenzuela, porque los establecimientos municipales siguen concentrando a familias de bajo nivel socioeconómico, y hay que considerar que el ingreso y nivel educacional de los padres influyen en el rendimiento de los niños.
Uso del tiempo
La implementación de la JEC significó incrementar 250 horas anuales al currículum de las escuelas, destinando 30 horas al cumplimiento del plan de estudio y 8 horas de libre disposición. Sin embargo, como concluyó el último informe de la Universidad Católica hecho por encargo del Mineduc, la mayor parte del horario de libre elección se dedica a más enseñanza de Lenguaje y Matemáticas.
Lo que se produce es un círculo vicioso. Destinar las horas de libre disposición a más ramos tradicionales obedece a la presión que tienen las escuelas para responder adecuadamente al Simce y la PSU. Pero como lo señala la experiencia internacional, más tiempo no significa mejores resultados y la forma como se usa el tiempo es más relevante que el número de horas invertido en las aulas. “La clave sigue siendo la calidad de la enseñanza. Si la calidad es mala en las horas vigentes, ¿por qué con más horas será mejor?”, plantea Valenzuela.
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Pese a que se han invertido US$ 400 millones, los establecimientos sólo han subido 4 puntos en Lenguaje y nada en Matemáticas en el Simce. El diagnóstico es compartido por el Consejo Asesor de la Educación y el Mineduc, por lo que se revisarán las horas de libre disposición. |
Conscientes de que había que revisar este punto, en septiembre el Ministerio de Educación convocó por primera vez a docentes, alumnos, directores, sostenedores y padres y apoderados de más de cuatro mil establecimientos a evaluar la JEC. Con este resultado, el 96% de los colegios creía necesario optimizar el uso de las horas de libre disposición, reasignándolas a actividades deportivas, tecnológicas y de reforzamiento. Esto coincide con la propuesta del Consejo Asesor Presidencial para la Calidad de la Educación, que planteó en el borrador de su informe final que los establecimientos necesitan incorporar más actividades de libre elección, con el fin de que los alumnos desarrollen habilidades para la vida en sociedad.
En respuesta, el Mineduc ha trabajado con la Secretaría de la Cultura preparando material de apoyo para talleres artísticos y pondrá a disposición de los colegios un mapa con todos los recursos culturales de cada región, a fin de que las escuelas puedan contactarse con ellos. Además, el próximo año mil establecimientos recibirán material para desarrollar la educación física en la escuela. Y para mejorar la calidad de los talleres, actualmente se desarrolla un plan piloto en 350 liceos, donde los profesores trabajan con monitores: profesionales del arte, el deporte y la cultura que apoyan el trabajo en sala. El jefe de la División de Educación General, Carlos Concha Concha, señala: “Mejorar el resultado en las pruebas tiene que ver con mejorar competencias generales, no es sólo un factor tiempo. Tiene que ir acompañado de prácticas de calidad y capacidades de gestión”.
Padres se quejan por exceso de tareas
La última encuesta del Cide (Centro de Investigación y Desarrollo de la Educación) realizada a actores del sistema educativo, reveló que el 43,1% de los padres están en desacuerdo con la Jornada Escolar Completa. Una de las grandes demandas de los apoderados es que los niños dedican demasiadas horas de su tiempo en casa haciendo tareas, actividad que suponen debería desarrollarse mayoritariamente en la extensa jornada escolar.
Además, según el informe sobre la Jornada Escolar Completa realizado en 2005 por la Universidad Católica, el 50% de los actores educacionales señalaba que las tareas deberían realizarse en el colegio.
Pero en el Mineduc no creen lo mismo. “Involucrar a los padres en las tareas es parte del aprendizaje. Necesitamos que todos tengan un entorno enriquecedor, con más acceso a bibliotecas e internet en casa. Pero decir que se van a acabar las tareas porque tenemos jornada completa, no es real”, dice Carlos Concha, Jefe de la División de Educación General del Mineduc.
Según estándares de la Organización de Cooperación Económica y Desarrollo (OECD), los niños deberían trabajar entre 3 y 5 horas semanales en sus tareas. Pero los escolares chilenos le dedican cerca de 2 horas diarias a sus deberes escolares, lo que duplica el promedio mundial.
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