LA TERCERA, 11 de enero de 2007
Por : Alejandra Muñoz C.
La competencia para acceder a cada uno de los cupos de las universidades tradicionales se intensificó: hasta la tarde de ayer, más de 90 mil jóvenes con más de 450 puntos promedio en las PSU habían postulado a las 50 mil vacantes que tienen los planteles del Consejo de Rectores.
Las cifras, registradas por el Departamento de Evaluación, Medición y Registro Educacional (Demre) de la Universidad de Chile, mostraban que a las 19.40 de ayer 90.621 personas habían hecho su solicitud de ingreso a las 25 casas de estudio tradicionales. Se esperaba alcanzar las 95 mil.
Estos números son históricos, ya que nunca estos planteles habían recibido tantas peticiones de ingreso. De hecho, el crecimiento hasta las 19.40 era de 16,5%.
La principal causa de esta situación es el fuerte aumento de los jóvenes que rindieron las PSU el año pasado, debido a las becas de inscripción entregadas por el Estado. Si el año pasado hubo 118.737 jóvenes en condiciones de postular -con más de 450 puntos promedio en las mediciones de Lenguaje y Matemáticas-, este año la cifra subió a 142.066.
Sin embargo, el experto en medición educacional de la UC Jorge Manzi explicó que, en principio, las cifras no se pueden explicar sólo por el incremento del número de jóvenes que rindió las pruebas. “Tal vez hay personas que el año pasado no postularon a las universidades del Consejo de Rectores y este año sí lo están haciendo. O que, como este año rindieron los tests alumnos con menos recursos, las universidades tradicionales pueden ser percibidas como entidades que prestan más ayuda o que tienen aranceles más bajos”, afirmó el investigador.
Competencia
Ahora es cuando comienza la verdadera competencia entre los jóvenes para acceder a las vacantes. El Demre ya se encuentra ordenando los datos de quienes realizaron el proceso y tiene las cifras de cuántas de las solicitudes son para cada plantel.
El año pasado, por cada vacante ofrecida por los planteles tradicionales había 1,6 joven postulando. Este año, fácilmente la cifra llegará a los dos por cupo.
Lo anterior implica que las casas de estudio tienen un universo mayor de jóvenes para seleccionar a los que quieren en sus aulas.
“Hay un mayor espectro y ello puede significar un aumento en los puntajes de corte de las carreras, pero ello aún no está claro”, explicó Jorge Manzi.
El interés por ingresar a los planteles no sólo se da en las casas de estudio tradicionales. Varios de los planteles privados más grandes ya tienen copadas las carreras con mayor demanda.
En la Universidad Diego Portales, Derecho y Medicina tienen sus cupos casi completos y el 30% de los inscritos tiene puntajes sobre los 700 puntos promedio en las PSU. En general, destacaron en el plantel, los puntajes de corte superan los del año pasado.
En la U. Mayor, en tanto, varias de las carreras del área de la salud están copadas. En la Alberto Hurtado, explican que gran cantidad de jóvenes se ha matriculado.
A partir del 16 de enero, cuando se publiquen los resultados de la selección, las entidades privadas recibirán una segunda avalancha de postulantes de entre quienes no quedaron en los planteles del Consejo de Rectores.
Fide logra 50 puestos en ranking PSU
Altos puntajes en la Prueba de Selección Universitaria (PSU) logró la Federación de Instituciones de Educación Particular (Fide), que agrupa fundamentalmente a establecimientos de orientación católica.
La Fide obtuvo 50 lugares en el ranking de los 100 colegios mejor evaluados. Además, cinco de sus colegios están entre los primeros 15 de la lista.
Encabezan este listado el Andree English School (en el puesto ocho), el Instituto Alonso de Ercilla (11) y el San Ignacio de El Bosque (12).
El presidente del Fide, Jesús Tringuero, dijo que estos resultados se deben a que los colegios “han sido capaces de elaborar su propio proyecto educativo, trabajando en sus propios planes y programas”.
Añadió que si bien las paralizaciones del 2006 pueden haber incidido en el rendimiento de algunos alumnos, el problema de fondo es el “sistema” educacional.
La Municipalidad de Ñuñoa, en tanto, comunicó que el promedio ponderado de sus cuatro colegios públicos fue de 551 puntos, cifra superior al promedio de los establecimientos públicos (457) y de los subvencionados (490) del país.
Hombre que vivía en la calle se matricula en U. Alberto Hurtado
Con una sonrisa en los labios llegó ayer a la Universidad Alberto Hurtado Víctor Sanhueza, un hombre que hasta hace poco vivía en la calle. Rindió las PSU para cumplir su sueño de adolescente: estudiar Ciencias Políticas.
El futuro universitario se reunió con el rector del plantel, Fernando Montes, quien le informó que la casa de estudios ayudará a financiar parte del arancel de la carrera.
“El crédito con aval del Estado -al que postulé- sólo me cubre un millón de pesos y la carrera vale $ 1.900.000, entonces el rector, iluminado por Dios, yo creo, me apoyó, porque yo no tengo plata. Además, tengo entendido que el Ministerio de Educación va a aportar también una parte”, explicó.
Víctor Sanhueza demoró décadas en terminar la enseñanza básica y media. El tercero medio lo sacó en 1993 y el cuarto, el año pasado, gracias a la ayuda de “la señora Mireya”, quien el 2006 lo sacó de la calle y lo llevó a vivir a su casa para que estudiara. Este “ángel de la guarda”, como Sanhueza la llama, se comprometió a tenerlo en su vivienda hasta que se titule.
La vida de Víctor no ha sido fácil: a los nueve años se fue de la casa de su madre en Antofagasta. La razón: ella tenía un “clandestino” en una zona rural y Sanhueza tuvo problemas con algunos de sus clientes.
A los 11 -en 1978- llegó a Santiago, donde recuerda que hizo de todo para sobrevivir. Asegura que se prostituyó, que lavó autos y que cantó en las micros. Pese a lo duro de su vida, Sanhueza cuenta que nunca perdió el interés por estudiar. Incluso, aprendió a hablar algo de inglés: en el cine, al que entraba con las monedas que le daban las personas en la calle.
En las hospederías del Hogar de Cristo conoció la historia del Padre Hurtado, de quien se convirtió en devoto. Por eso, siempre pensó en entrar a la universidad jesuita que lleva su nombre.
Aunque aún no ingresa a estudiar, ya tiene un proyecto para desarrollar cuando se titule: quiere crear una red latinoamericana de apoyo a niños en riesgo social.
