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LA TERCERA, 29 de enero de 2007
Por : Sofía Otero

Hace dos semanas Sebastián Cautín (16) recibió un correo electrónico de Explora, pero no entendía de qué se trataba. Este joven, que acaba de pasar a cuarto medio en el Colegio Valle del Aconcagua de Quillota y que ha participado varias veces en ferias científicas, se había ganado uno de los dos cupos para viajar a bordo del Vaedderen (Aries, en español), el barco estrella de la travesía científica más grande en la historia de Dinamarca y la más importante en términos mediáticos a nivel mundial.

La escasez de jóvenes que optan por estudiar ciencias fue la motivación del gobierno danés para poner en marcha Galathea 3, una expedición que recorre el planeta con investigadores de todo el mundo. Todas las escuelas públicas de Dinamarca -el 95% de los colegios de ese país- están conectadas con la expedición vía satélite y pueden seguir a los científicos minuto a minuto.

“Esperamos que tenga resultados científicos concretos, pero también a largo plazo,  consiguiendo que los alumnos opten por la ciencia, que posee todo para atraer al público: misterios, héroes y enigmas, pero depende de cómo lo presentes para captar el interés de la juventud y esa es la tarea del Aries”, dice la agregada cultural de Dinamarca en Chile, Trine Dalklefsen.

Chile ha sido uno de los países que más se han involucrado con este proyecto. Gracias al apoyo de Explora Conicyt, el Mineduc y la embajada de Dinamarca se crearon dos sitios web donde los escolares chilenos pueden seguir la ruta del barco, informarse de actividades científicas para realizar en clases y hacerle preguntas a la tripulación. Además, 120 personas podrán conocer la embarcación en Valparaíso y Antofagasta. Recientemente su capitán anunció que Chile podría subir a dos escolares para formar parte de la tripulación, junto a cinco académicos de la U. De Concepción, quienes viajarán hasta las Islas Galápagos para realizar un proyecto.

Ciencia a la vista

La expedición zarpó desde Copenhague el 11 de agosto de 2006 y regresará a Dinamarca en abril de este año. El Aries, cuya puesta en marcha costó US$ 35 millones, lleva a más de cien personas a bordo, entre tripulantes, investigadores, escolares daneses y prensa, quienes han registrado y divulgado la travesía diariamente a través de internet.

La expedición permitirá crear redes de científicos alrededor del planeta, pues en cada  parada hay investigadores subiendo y bajando del barco. A la fecha, cerca de 300 biólogos, geólogos, zoólogos, etnógrafos e historiadores han abordado el Aries, y sólo tres daneses –dos científicos y un periodista- permanecerán a bordo de principio a fin.

Es justamente el perfil globalizado lo que más le atrae a Sebastián, el alumno quillotano  que viajará en el Aries durante tres días y cuatro noches: “Espero entablar relaciones internacionales y conocer nuevas visiones de la ciencia. Me gustaría estudiar medicina, pero no estoy completamente seguro, lo que vea en el barco puede cambiar mi decisión”.

Oscar Contreras es el segundo escolar chileno a bordo y sabía perfectamente de qué se trataba la expedición cuando le avisaron. Había visitado la página de Galathea 3 y seguía siempre sus avances. Pero jamás imaginó ser parte de su tripulación, pues no se anunció que existiera esta posibilidad: “Me imagino que es un barco con la última tecnología, espero ver las muestras que han recolectado”, cuenta este joven, que le debe su espíritu investigativo a su profesora de ciencias.

El viernes 9 y el sábado 10 de febrero por la mañana 90 escolares y profesores, en grupos de 30 personas, podrán recorrer el barco y conocer las investigaciones que realizan los científicos. El 14 de febrero, a las 15 horas, 30 alumnos y docentes vivirán esta misma experiencia en Antofagasta.

 Quién es…

Sebastián Cautín, alumno del Colegio Valle del Aconcagua, de Quillota
Ganó su cupo en el Aries gracias a su investigación sobre elaboración de biodiésel, proyecto calificado como de gran proyección a futuro.

Oscar Contreras, alumno del Colegio Salesiano de Valparaíso.
Realizó un proyecto sobre contaminación microbiológica aérea. Constató que cuando una sala está contaminada, las personas que están en ella también se contaminan.


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