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Claudio Sapelli es uno de los economistas con más expertise en el tema de la educación. De ello dan cuenta sus 10 años como profesor  de la cátedra de Economía de la Educación en el Instituto de Economía de la UC y sus numerosos artículos sobre la materia. Desde esa perspectiva, el especialista valora las peticiones hechas por los estudiantes secundarios en el actual conflicto con el gobierno. Pero también entiende que no son ellos quienes deben dar las soluciones. Tienen todo el derecho a decir lo que no les gusta. Pero hay gente  profesional que tendrá más claridad respecto de qué hacer, dice.
Sobre los anuncios realizados por Bachelet el jueves en la noche, los ve con buenos ojos, pero mantiene la distancia. En cuanto a la agenda corta, como la PSU, dice que es necesario mantener el principio de  focalización. Y respecto de los temas de más largo aliento, como la creación de una Superintendencia de Educación, afirma que habrá que ver qué forma toman.

-Y ¿qué le pareció que se modifique la Loce (Ley Orgánica Constitucional de Educación) para que el Estado se convierta en un garante de la educación?
Me parece bien. Siempre tuvo que ser así. Pero, a mi juicio, creo que no existe ningún fundamento para creer que la Loce es el problema. De todas  formas, habrá que esperar a ver cómo saldrá la iniciativa.

-¿Es la educación chilena un desastre?
Cualquier nombre que se le quiera poner, no es nuevo. Los problemas que hay se arrastran desde hace muchos años. No es que no haya habido intentos de revertir la situación. Ha habido varias reformas, unas más radicales que otras: en los 80 se introdujo la subvención, luego la municipalización y, a partir de los 90, hay cambios de énfasis en la política, aumentando mucho el gasto. Han existido problemas de diseño.

-¿Cuáles serían sus principales propuestas para mejorar el sistema?
Hay que habilitar a los niños que provienen de hogares de menores recursos a que puedan demandar subvenciones diferenciadas. Habría que resolver cómo los colegios malos salen del sistema y tendría que cambiarse el Estatuto Docente.

-A su juicio, ¿qué implicó la aplicación del Estatuto Docente?
Conllevó que las municipalidades perdieran una enorme cantidad de autonomía respecto de cómo manejar los colegios. Ya no se pudo manejar los cuerpos docentes, al determinarse la inamovilidad, y que las negociaciones fueran a nivel del ministerio.
Aunque es una caricatura, se puede decir que los municipios pasaron a ser cajas pagadoras. No quedó mucho espacio para los beneficios que se espera de la municipalización, como estarmás cerca de los alumnos, de los problemas, y que la comunidad ejerza una mayor presión sobre los alcaldes para mejorar el sistema educativo. A la municipalización no se le dio mucho tiempo para probarla. Hoy se habla de un fracaso de la municipalización. Yo diría que sí: fue un fracaso la municipalización junto con el Estatuto Docente. La primera no funcionó, porque el segundo la neutralizó. Todo esto demuestra que tener el sistema educativo descentralizado, pero toda la negociación de sueldos y el manejo de la planta centralizado, no funciona.

-¿Y qué pasó en los últimos años?
Buena parte de la estrategia seguida en los últimos 15 años ha sido «esto se resuelve con más plata» o con más horas, como el caso de la jornada escolar completa. Pero sabemos, desde hace muchísimos años, que la plata funciona a veces y otras no, y opera siempre que el marco de incentivos esté bien puesto. Si no es así, la plata se puede perder. De ahí que, pese a la duplicación del gasto en educación, no se ven resultados.
Entonces, el tema pasa porque no esté bien diseñado.

-¿Qué temas se pueden rescatar de los planteamientos de los estudiantes secundarios?
Diría que han salido dos temas: la segmentación y la mala calidad de la educación. Están íntimamente ligados. Como decimos los economistas, hay dificultades por el lado de la demanda y la oferta. Por el lado de la demanda, está el problema de que a los estudiantes de bajos recursos,  que conllevan problemas de un vocabulario muy reducido o que en sus casas no se lea, no les sirve la actual subvención plana, que no diferencia. La propuesta de ley de subvención preferencial, en parte, va en la dirección correcta y justamente reconoce ese problema, al darle una subvención adicional a un determinado alumno que requiere mayores recursos económicos para superar su situación.
Estoy seguro que si hubiera un sistema así, se produciría una educación de calidad o, por lo menos, de más calidad que la actual.

-Y, ¿cuál es el problema que ve por el lado de la oferta?
En cualquier ámbito tiene que haber un proceso por el cual el que está haciendo las cosas mal, primero se le advierte y si las sigue haciendo así, se le dice que tiene que irse a otro lado. Con el Estatuto Docente, por ejemplo, ocurre que si deja de atraer a los alumnos y el problema son los profesores, no se puede hacer nada. Recién ahora se está hablando de la amenaza de cierre, pero antes no existía ninguna. Hasta ahora no había ningún mecanismo por el lado de la oferta para que los colegios fueran de buena calidad. Eso hay que resolverlo.

Calidad en educación preescolar: No se trata de abrir guarderías para los niños

– ¿Qué está enseñando la ciencia económica actual sobre educación, como los planteamientos del Nobel James Heckman?
El ha empleado conocimientos de la sicología y la medicina en cuanto a que la mente de los niños funciona como ventanas. Es por eso que los menores son muy maleables, abiertos a recibir influencias del medio. Así se les puede enseñar. Pero esas ventanas se cierran a los ocho años. A partir de ese momento, el coeficiente intelectual queda fijo. Entonces, si el fin es llevar a un niño a un nivel mínimo aceptable de conocimiento, lo más eficaz es intervenir cuando la ventana está abierta. Así, lo que se haga en la educación preescolar es la clave. Pero no se trata de abrir guarderías para los niños. Ese es el temor que tengo en Chile. Lo que hay que hacer es crear lugares donde a los menores se les estimule. Ahí está la clave. Se tiene que dar una educación de calidad. Si no es así, no vamos a lograr nada.

– Y ¿qué sucede con los niños a los que se les pasó la edad?
También se ha determinado que no sólo la ventana cognitiva juega un papel clave en el futuro laboral de los niños. Hay una parte no cognitiva, que tiene que ver con características de personalidad, como lo disciplinado que se pueda ser, lo trabajador, lo paciente, que se cierra mucho después. Heckman plantea que en circunstancias de estar trabajando con niños que ya perdieron el tren de la parte cognitiva, lo más eficaz es concentrarse en esta otra parte, porque enseñar buenos hábitos también vale.

Fuente: Diario La Tercera. Domingo 4 de junio de 2006.
Entrevista a economista Claudio Sapelli, realizada por Luis Fromin D.
Tìtulo: «La municipalización no funcionó porque el Estatuto Docente la neutralizó»


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