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LA TERCERA, 24 de diciembre de 2006.
Por: Sofía Otero.

En Chile, sólo el 40% de los universitarios se titulan en el tiempo que les corresponde. En Gran Bretaña, lo hace el 87%. ¿La diferencia? La enseñanza de las universidades británicas no está basada sólo en clases magistrales, sino que en tutores, es decir, docentes que acompañan al alumno en sesiones personalizadas donde trabajan materias paralelas a la clase y los orientan en su desarrollo académico.

Las tutorías ayudan a formar hábitos de estudio, fomentan la eficiencia y hasta ayudan a buscar prácticas profesionales o seguir estudios de postgrado, todo lo cual previene la deserción. Un estudio realizado por la Universidad de La Laguna de España concluyó que tras implementar las tutorías, los estudiantes redujeron el número de desaprobación en exámenes hasta en 21%. “Es un indicador de calidad de una universidad y de innovación educativa. Según investigaciones, se mejoran los resultados, se desarrollan competencias para seguir aprendiendo, se reduce el abandono y se aumenta la motivación de los estudiantes a aprender”, dice Clemente Lobato, especialista en Desarrollo Profesional Docente de la Universidad del País Vasco.

Se trata de un recurso arraigado en las universidades anglosajonas desde sus orígenes (ver recuadro), que se ha revitalizado con la implementación del Sistema Europeo de Transferencia de Créditos, que promueve la movilidad estudiantil y por el cual las instituciones adaptaron su currículo a la formación centrada en el trabajo del estudiante.

El caso chileno

 

Si bien a partir de 2007 Chile adoptará su propio sistema de movilidad estudiantil, lo que impulsará las tutorías, por el momento son pocos los planteles que las han adoptado. “Las tutorías están instaladas de un modo informal. En algunos casos forma parte del proyecto de la universidad, lo que depende del número de académicos con jornada completa de la universidad, porque de la disponibilidad de tiempo depende que el sistema se implemente bien”, explica Erika Himmel, experta en evaluación educacional de la UC.

En cambio, la mayoría de las universidades ha optado por las ayudantías, clases de reforzamiento que forman parte de la malla obligatoria y que se dictan para un curso  completo. Las tutorías, en cambio, son sesiones voluntarias de guía y apoyo entre un alumno y un profesor, o un estudiante de cursos superiores que realiza el seguimiento del alumno.

“Mi tutor me introduce a nuevas investigaciones y me contacta con profesores extranjeros. También me ayuda a tomar ramos”, cuenta Nicolás Santana, estudiante de Derecho de la Universidad de los Andes, que tiene el sistema desde su fundación.

La Universidad Católica también cuenta con tutorías a la que asiste el 90% de los alumnos, quienes se juntan como mínimo dos veces al semestre con su tutor. “Ellos recomiendan asistir a seminarios o prácticas, seguir postgrados, postular a becas o hacer un intercambio”, dice Himmel. Esto cobra vital relevancia si se considera que un estudio de la U. de La Laguna determinó que el 86% de los estudiantes poseía poca o ninguna orientación sobre los cursos que se dictan y el 88% desconocía las prácticas profesionales existentes.

El campus Santiago de la U. Técnica Federico Santa María estrenó este año el programa para los alumnos de primer año y desde 2007 contarán con una sala exclusiva para estos fines. La UC de Temuco también lo tiene para los alumnos de primer año, a fin de que sepan cuáles son los aspectos más importantes de su plan de estudio.

 

 
La exitosa experiencia inglesa

En las universidades de Gran Bretaña los docentes trabajan con tres modalidades frente a sus alumnos: en clases magistrales, en seminarios con un grupo reducido de estudiantes para desarrollar un tema de investigación y en sesiones personalizadas, que son las llamadas tutorías. En estas reuniones semanales los alumnos tienen la oportunidad de discutir su trabajo con su profesor. Los estudiantes escriben ensayos que posteriormente argumentan para desarrollar su capacidad crítica y comunicación oral. El tutor también puede designar lecturas adicionales y prácticas de laboratorio.

Clemente Lobato, especialista en Desarrollo  Profesional Docente de la Universidad del País Vasco, distingue cuatro modalidades en las universidades anglosajonas: la tutoría individualizada, la tutoría recíproca entre estudiantes, los grupos de discusión sin profesor y finalmente cuando los profesores delegan responsabilidades en estudiantes elegidos para que supervisen a otros alumnos en su aprendizaje.


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