Fecha de edición: 06/07/2009
Después de poco más de un año, el Centro Nacional de Conservación y Restauración ha concluido el complejo proceso de recuperación de esta histórica imagen perteneciente a la Cofradía Nacional del Carmen y que tiene su altar en la Parroquia El Sagrario.
Después del ataque incendiario que sufriera esta popular imagen religiosa el 18 de abril de 2008, la Cofradía Nacional del Carmen y el párroco de El Sagrario, en conjunto con el Centro Nacional de Conservación y Restauración acordaron que un equipo multidisciplinario se encargaría de realizar los estudios necesarios para determinar la factibilidad de recuperar la imagen que había sufrido graves daños producto del fuego.
En una etapa preliminar se realizó la documentación visual del estado de conservación por medio de fotografías y radiografías, información que es muy relevante para reconocer los cambios posteriores a la intervención. En forma paralela se contactó a prestigiosos centros de restauración y especialistas en madera policromada para indagar sobre casos similares de intervención siendo muy difícil encontrar experiencias previas, ya que, usualmente, frente a situaciones de daño en las imágenes religiosas se había optado por realizar réplicas y desechar las originales. Además, en consideración a la importancia histórica de esta imagen de culto activo, dos historiadoras realizaron estudios contextuales, históricos y estéticos-iconográficos de la imagen para comprender aspectos esenciales al momento de formular una propuesta de intervención.
El análisis tecnológico arrojó información relevante sobre la materialidad de la imagen, la madera con que fue elaborada, su composición, su base de preparación y policromía. También se determinó la magnitud del daño por medio de un mapeo de los niveles de carbonización. Se realizaron pruebas con diferentes consolidantes en una madera similar a la original, y con los resultados de estas pruebas y los estudios previos, se presentó una propuesta de tratamiento a la Cofradía que implicaba consolidar la madera carbonizada para no afectar los rasgos característicos de la imagen.
Una vez aprobada la propuesta, y haciendo primar el criterio de mínima intervención, privilegiando la conservación de la obra se procedió a la etapa de restauración. Se removieron cuidadosamente todos los restos de textiles y otros materiales carbonizados, cuidando de no afectar la madera carbonizada, se rellenaron las grietas y fisuras con una pasta de aserrín de laurel y se removieron las extremidades para trabajarlas por separado. Se consolidó la madera carbonizada y, posteriormente, durante 6 meses un equipo de restauradoras aplicó las capas de base de preparación en un proceso largo y complejo. Una vez que esta etapa hubo culminado, un escultor definió los rasgos de expresión de la Virgen y el Niño. La etapa final estuvo a cargo de un policromador quiteño que, con un esmerado y meticuloso trabajo, fue dando color y vida a las imágenes.
El CNCR espera que, junto con la recuperación material de la Virgen del Carmen y el Niño, se haya contribuido a la reinserción simbólica, cultural y social de la imagen.
(Dibam)