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La comedia

El único objetivo de este género era sacar carcajadas en el espectador.
La comedia se basaba en el humor, el enredo y la risa. El único objetivo de este género era sacar carcajadas en el espectador.

Fue en Estados Unidos donde el cine cómico alcanzó su máximo apogeo, comenzando con Mack Sennet, quien descubrió varios talentos para este tipo de películas, entre los que se cuenta a Gloria Swanson, Wallace Beery, Buster Keaton, Harold Lloyd y Charles Chaplin, actor inglés que llegó a ser el más grande de los cómicos en la historia del cine.

Musicales

Entre 1929 y 1930 surgió en Broadway, Estados Unidos, la comedia musical, género que atrajo rápidamente a los espectadores

Los productores le dieron mucha importancia al baile que acompañaba las melodías, con temas que realmente no tenían ninguna trascendencia; incluso, podían llegar a ser aburridos, pero la música era capaz de dar un giro al producto.

Alguna de las películas que lograron una buena acogida entre el público fueron El desfile del amor, La viuda alegre y Melodía de Broadway. Pero sin duda, la comedia que marcó esta época fue Cantando bajo la lluvia, cuyos protagonistas, Gene Kelly y Debbie Reynolds, tuvieron gran aceptación entre los espectadores.

Dentro de las comedias musicales, una película que cautivó al público fue El Mago de Oz (1939), dirigida por Victor Fleming y protagonizada por Judy Garland, quien se convertiría en la primera artista musical de la década del cuarenta.

Ciencia ficción

Este género comprende viajes interplanetarios, seres extraterrestres, experimentos atómicos y mundos futuros.

Tuvo sus orígenes hace muchos años atrás, cuando apareció en pantalla uno de sus primeros precursores: Flash Gordon, una historieta que como muchas fue llevada al cine y que trataba de un héroe de ficción que debía luchar contra los peligros de la humanidad. Más adelante, aparecería El Capitán Maravilla que con la palabra mágica shazam se convertía en un superhombre capaz de realizar importantes vuelos. Finalmente tenemos al ya famoso Superman y a Batman y Robin.

Este género comprende viajes interplanetarios, seres extraterrestres, experimentos atómicos y mundos futuros. Una de las películas más representativas de este género es 2001: odisea del espacio, dirigida por el cineasta Stanley Kubrick en 1968 y La guerra de las galaxias (1977) de George Lucas. Más tarde, Steven Spielberg seduciría al espectador con una de las películas más exitosas de los años ’80: E.T., el extraterrestre, en 1982.

El western

El padre del western fue Edwin S. Porter, que en 1903 realizó Asalto y robo de un tren.

Desde un comienzo estas películas fueron más conocidas como de cowboys o vaqueros, aquellas que trataban del mundo del oeste norteamericano entre 1840 y 1900, con pistoleros, indios, trenes, etc.

El padre del western fue Edwin S. Porter, que en 1903 realizó Asalto y robo de un tren. A parir de 1914, este género se vio garantizado por la aparición de William S. Hart, que en 1918 interpretó a Río Jim en la película El hombre de los ojos claros.

El papel de vaquero o cowboy lo han interpretado diversos actores a lo largo de la historia, entre los que se cuenta a Gary Cooper, John Wayne, James Stewart, entre otros.

Un western considerado histórico fue El caballo de hierro (1924), de John Ford o La caravana de Oregon (1923) de James Cruze; Apache(1954) de Robert Aldrich, fue un western realista; Emboscada (1959), de Gordon Douglas fue tradicional y A la hora señalada (1952), de Fred Zinnemann, psicológico.

Cine de terror, De aventuras y Gángsters

Cine del terror

Este género recurre a la fantasía y al miedo a través de personajes monstruosos y sobrenaturales, como brujas, fantasmas, espíritus, demonios o vampiros.
El cine de terror comenzó con el expresionismo alemán y en la década del ’30 acaparó las preferencias del público. Entre las producciones más famosas están Drácula (1931) con el actor Bela Lugosi; Frankenstein (1931), con Boris Karloff y King Kong (1933).

El cine de terror se sigue cultivando hasta hoy y tanto Drácula como Frankenstein han sido encarnados por decenas de actores a través del tiempo.

A partir de 1970, este género se hizo más descriptivo y violento, con películas como La noche de los muertos vivientes (1969). El exorcista (1973), protagonizada por Linda Blair, es considerado el filme más terrorífico de todos los tiempos, según los expertos; en marzo de este año se reestrenó en nuestro país, con una imagen y sonido propios del nuevo milenio, con imágenes nunca antes vistas, convirtiéndose en un éxito de taquilla.

Cine épico y de aventuras

Este género se mueve en un mundo heroico, donde los combates, luchas y aventuras son algo de cada día. Predominaban las decoraciones, la acción y lo narrativo.

Una de las características de este tipo de cine es que sus personajes abarcan todas la épocas históricas. En un principio fueron los productores italianos que se preocuparon de exaltar el pasado histórico de su país y, más tarde, los soviéticos hicieron lo propio con sus ideas revolucionarias. Principalmente se destacaron producciones como Napoleón (1926), de Abel Gance en el cine mudo. Ya en el cine sonoro están las series de Tarzán, que al igual que otros personajes ha sido caracterizado por un sinfín de actores. Sin embargo, el más famoso fue Johnny Weissmuller y su compañera Maureen O’Sullivan, que personificaba a Jane.

Por otro lado está Ben-Hur (1959), de William Wyler, Cleopatra (1963), del estadounidense J. L. Mankiewicz; Moby Dick (1965), de John Houston y El Cid (1961), de Anthony Mann.

Los gángsters

Las principales características de este género son las historias de crímenes, detectives, gángsters y ladrones, ambientadas en la década del ’20 y del ’30 en Estados Unidos.

Es el mayor representante del cine de acción y el mejor evaluado en cuanto a producciones y trabajo actoral. La primera filmación de este tipo que se realizó fue Bajos fondos (1927) de Joseph von Sternberg, en el cine mudo. El pequeño César (1931) de Mervyn Le Roy, provocó un escándalo de proporciones en Estados Unidos al mostrar tantos hechos delictuales juntos, ya que se creía que era una forma de avalar la delincuencia. Más delante vendría El enemigo público N° 1 (1935), de John Ford; Scarface (1932) de Howard Hawks y Ángeles con cara sucia (1938), de Michael Curtis.

A partir de la década del ’40, el género gangsteril comenzó a tomar un rumbo más policial, es decir, se ponía énfasis a la investigación de casos criminales. En 1941, se exhibió El halcón maltés, de John Houston, protagonizada por uno de los hitos de ese género, Humphrey Bogart.

Entre las películas más famosas se encuentra Bonnie and Clyde en 1967 y El Padrino (1972), de Francis Ford Coppola, protagonizada por Marlon Brando y Al Pacino.

 

El cine histórico y documental

Cine histórico

Es muy difícil catalogar así a un tipo de cine, porque la mayoría de las producciones necesariamente pasan por la historia. Sin embargo, hay dos temas que únicamente reconstruyen hechos reales, sin otro objetivo que mostrar fielmente dicha realidad: la biblia y las guerras.

En las reconstrucciones bíblicas destacó Cecil B. de Mille durante la década del ’20, con películas tan importantes como Los Diez Mandamientos (1923), logrando un importante éxito entre los espectadores. Más adelante realizaría Rey de Reyes (1927), El signo de la cruz (1932), Las Cruzadas (1935) y Sansón y Dalila (1949).

El cine bélico, por su parte, ha ocupado un importante sitial dentro de la historia del cine y hasta hoy este tipo de filmes continúan haciéndose. La Primera Guerra Mundial fue el primer tema que se tomó para llevar hasta la pantalla grande, con Sin novedad en el frente (1930) de Lewis Milestone y Cuatro de infantería (1930), de G. W. Pabst.

Sin embargo, se podría decir que ningún tema ha sido más tratado en el cine que la Segunda Guerra Mundial, ocupando un papel de importancia que permitió a cada país exaltar sus propias ideas y valores. Roberto Rossellinni en 1945, hizo Roma, ciudad abierta y un año más tarde, Rene Clement filma La batalla del rail. Estados Unidos se preocupó siempre de mostrar al enemigo lo más malo posible, recurso que hasta hoy utilizan en sus películas. Un ejemplo de ello fue El puente sobre el río Kwaii (1957), de David Lean.

Documental

El cine documental tiene como objetivo reflejar fielmente, en la medida de lo posible, hechos y eventos de la realidad.

Sus pioneros fueron los hermanos Lumière, los mismos que inventaron el cinematógrafo, y los noticieros Charles Pathé, que fueron los primeros en filmar noticias y hechos de la vida real. El estadounidense Robert Flaherty fue el más fiel representante de este género con la película Nanuk, el esquimal (1922), que sin argumento, es decir solo con secuencias de la vida diaria, muestra la historia de un esquimal y su familia.

En la Unión Soviética, entre tanto, destacó Dziga Vértov y en Holanda, Joris Ivens, que no sólo se abocó al documental por sí mismo, sino además, evolucionó hasta la protesta social.

El cine animado

El cine de imagen real registra imágenes reales en movimiento continuo, descomponiéndolo en un número discreto de imágenes por segundo.

Sin embargo, en el cine de animación no existe movimiento real que registrar, sino que se producen las imágenes individualmente y una por una (mediante dibujos, modelos, objetos y otras múltiples técnicas), de forma que al proyectarse consecutivamente se produzca la ilusión de movimiento. Es decir, que mientras en el cine de imagen real se analiza y descompone un movimiento real, en el cine de animación se construye un movimiento inexistente en la realidad.

Los primeros en hacer este tipo de películas fueron los franceses Émile Reynaud y Émile Cohl, este último con el filme Fantasmagorie (1908). Pero fue finalmente Walt Disney quien llenó de animación el cine, industrializando este género hasta nuestros días.

Walt Disney fue el creador de Mickey Mouse y en 1928 realizó la primera animación sonora: La danza macabra. En 1938 filmó la historia de Blanca Nieves y los siete enanitos, considerada el primer largometraje del cine animado.

Del cine mudo al sonoro

La transición entre el cine mudo y el sonoro fue bastante rápida. Muchas salas cinematográficas comenzaron a adaptarse a este nuevo fenómeno que arrasaba con todo.

La productora Warner Bross fue la primera en introducir el sonido al cine en 1926, con la película El cantante de jazz protagonizada por el ruso Al Jolson, alcanzando un gran éxito entre el público. El sistema sonoro fue conocido como Vitaphone y fue inventado por Lee de Forest, convirtiéndose en el fenómeno más importante de esos años.

La transición entre el cine mudo y el sonoro fue bastante rápida. Muchas salas cinematográficas comenzaron a adaptarse a este nuevo fenómeno que arrasaba con todo. Las películas que siguieron se encargaron de destacar el sonido en forma desproporcionada, como una forma de demostrar que un nuevo elemento, quizás el más importante, había llegado a las pantallas de cine. En esta misma época aparecen las comedias musicales, el cine policial, de terror y las películas animadas, a cargo de Walt Disney.

En 1928, además, aparecería en las pantallas cinematográficas el color, dando un nuevo aire a este arte.


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