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Cuando, como receptores, recibimos un mensaje, nos preocupamos de entender la información que nos están enviando. Pero, ¿estamos conscientes que escuchar es fundamental para lograr la verdadera comunicación?

Escuchar significa

“Prestar atención a lo que se oye” (RAE), es decir acoger con cortesía, respeto y consideración aquel mensaje que se está recibiendo.

Si se logra este objetivo, se logra también una adecuada comunicación interpersonal. Mientras más desarrollemos nuestra habilidad para escuchar, mayor será nuestra capacidad para comunicarnos. Al hablar nos limitamos a repetir lo que ya sabemos, pero cuando escuchamos siempre aprendemos algo.

Diariamente, se está recibiendo información de diferentes canales (conversaciones, medios de comunicación, etc.) por medio de la audición, por lo que podríamos afirmar que pasamos mucho más tiempo escuchando que hablando. Esto debería ayudar a que nuestra capacidad de escuchar estuviera muy desarrollada, pero la realidad es otra. Muchas de las personas no saben escuchar y se limitan a oír.

En muchas ocasiones, interrumpimos un mensaje para rebatir o demostrar desaprobación al respecto y no somos capaces de esperar a que el emisor termine su mensaje; es decir no somos capaces de escuchar. Es aquí donde debemos demostrar esta capacidad innata, tolerando las críticas, colocando atención, siendo respetuosos, demostrando interés, sin ser provocativo o agresivo y, por sobre todo, escuchando. De esta forma, esperaremos que la respuesta de nuestro interlocutor se desarrolle con las mismas características antes mencionadas.