Había una vez un barco pirata que se escondía entre las rocas de una playa. Un día, justo cuando había una tempestad, el capitán y su tripulación fueron a navegar y no le hicieron caso a la tempestad que había. Cuando habían avanzado ya unas treinta millas, vieron que venía acercándose a ellos un gran cardúmen. Este cardúmen avanzaba rápidamente, pero el capitán creyó que estaba huyendo de un depredador, así es que él no le dio importancia.
La tempestad había aumentado y el capitán sabía que iban lamentablemente a naufragar esa noche, pero la tripulación no lo sabía.
En medio de la tempestad, el barco se movía más de lo normal y todos fueron a la cubierta. Cuando llegaron se veía algo luminoso e inmenso, de donde provenían muchas risas y carcajadas. ¡Era un barco fantasma! La tripulación se quedó petrificada, pero luego lo aceptaron como un gran secreto entre ellos y el mar. Cuando comenzaba a amanecer, el barco iba desapareciendo poco a poco tras las olas y conforme los rayos del sol iban despejando aquella noche inolvidable.
Muere Evita