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El Paleolítico es una etapa de la prehistoria caracterizada por el uso de útiles de piedra tallada; aunque, también se usaban otras materias primas orgánicas para diversos utensilios: hueso, asta, madera, cuero, fibras vegetales, etc. (peor conservadas y poco conocidas). Es el período más largo de la historia del ser humano (de hecho abarca un 99% de la misma), se extiende desde hace unos 2,5 millones de años (en África) hasta hace unos 10 000 años. Etimológicamente significa Edad Antigua de la Piedra (paleos=antiguo, y lithos=piedra), el término fue creado por el arqueólogo John Lubbock en 1865, por oposición al Neolítico (edad moderna de la piedra); constituyendo juntas lo que se denomina Edad de Piedra (se insiste en la elaboración de utensilios de piedra para establecer la oposición a la Edad de los Metales).

Ellos eran sedentarios (se establecían en un lugar y se quedaban ahí).

El Paleolítico se caracteriza, a grandes rasgos, por la utilización de herramientas de piedra tallada, de ahí su nombre. Tradicionalmente el Paleolítico se divide en tres períodos, el Paleolítico Inferior, el Paleolítico Medio y el Paleolítico Superior; a él se le añade un período terminal llamado Epipaleolítico (la etapa siguiente al Epipaleolítico y anterior al Neolítico es el Mesolítico).

La economía era cazadora-recolectora muy sencilla, con ella conseguían comida, leña y materiales para sus herramientas, ropa o cabañas. La caza era escasamente importante al principio del Paleolítico, predominando la recolección y el carroñeo.

A medida que el ser humano progresa física y culturalmente la caza va ganando importancia:

* Los primeros homínidos apenas sabían cazar, especialmente los australopitecos y Homo habilis. Vivían de la recolección de vegetales comestibles (tubérulos, raíces, cortezas y brotes tiernos, frutas y semillas); de capturar pequeños animales (insectos eptiles, roedores, polluelos, huevos…) y de animales muertos o enfermos que encontraban (carroña, sobre todo). Eran muy oportunistas.

* Los arcántropos ya cazaban, pero su verdadera base alimenticia siguió siendo la recolección y la carroña o las capturas oportunistas y con trampas. De hecho, los grandes yacimientos de Torralba y Ambrona (provincia de Soria, España), donde los humanos despiezaban enormes elefantes antiguos (de hasta 20 tn de peso), no eran cazaderos, sino lugares de carroñeo.

* Los verdaderos humanos cazadores son los neandertales y los humanos modernos, que sin embargo, nunca dejaron de comer vegetales, pequeños animales o carroña. La caza casi siempre se hacía por medio de trampas. El Hombre de Neandertal y el hombre moderno también aprendieron a pescar por medio de arpones, redes o anzuelos.

Sin embargo, nunca se llegaba a romper el equilibrio del ecosistema, pues los cazadores y recolectores del Paleolítico no eran agresivos con el medio natural; no lo expoliaban ni acumulaban alimento innecesariamente. Al contrario, a menudo actuaban como un regulador, eliminando animales viejos, enfermos o extraviados, incluso, reciclando la carroña. La presión poblacional era escasísima, la naturaleza proporcionaba lo suficiente. No se trata de idealizar este modo de vida (como acertadamente indica Luis Vitale), sino de que nos demos cuenta de que el ser humano ha vivido en este planeta sin dañarlo el 99% de su existencia, y en sólo el 1% restante lo está destruyendo.

No debía existir división del trabajo ni especialización, salvo para casos que requerían habilidades especiales (el chamán, el artesano…). Cada miembro del grupo era capaz de hacer de todo para sobrevivir, al margen de las capacidades individuales, mayores en unos individuos que en otros. Dado el dimorfismo sexual, es plausible que hubiese cierta división del trabajo entre hombres y mujeres (en aquellos casos en los que la potencia física fuese esencial o se produjese un embarazo). También debió existir división del trabajo en función de las edades. Aunque esto, sin duda, favoreció la productividad, no implica necesariamente una jerarquización social. El hecho de que los hombres fuesen más fuertes que los niños, las mujeres o los ancianos no implica que ellos fuesen privilegiados o jefes.

Es seguro que hubo culturas patrilineales, matrilineales y multilineales. Pero el liderazgo no implicaba privilegios, ni era vitalicio o hereditario. La igualdad social es la única opción en una economía en la que no existen los excedentes, en la que no se puede acumular riqueza. Por la misma razón, es ilógico el robo, la guerra o la conquista. Los datos arqueológicos parecen corroborarlo. No hay señales de conflictos bélicos, tampoco había motivos, ya que la densidad de población era mínima. Se estima que el máximo poblacional era de 10 millones de seres humanos en todo el globo. La integración en la naturaleza era sólo posible gracias a la cohesión de un grupo igualitario en el que todos trabajan, no por propio beneficio, o por obligación, sino voluntad, por convencimiento y por la supervivencia común.

La magia aparece con los arcántropos: los de la Sima de los Huesos, uno de los yacimientos de la Sierra de Atapuerca ya depositaban los cadáveres en un lugar sagrado de su cueva, en vez de abandonarlos en el campo. Más tarde, los neandertales enterraban a sus muertos con ofrendas para el más allá, una de cuyas manifestaciones es el arte paleolítico, que nació hace 30.000 años. Las obras de arte paleolítico están pintadas o esculpidas en las paredes de las cuevas (arte parietal) o decorando objetos de uso cotidiano (arte mobiliar): sobre todo, de hueso, como arpones, puntas de lanza, bastones, etc.

Todavía no se sabe para qué servían las obras de arte paleolítico, pero es seguro que tenían una finalidad mágica o religiosa.

La religión era a menudo apotropaic concretamente, se trata de magia simpática, la Venus figuras que son abundantes en el registro arqueológico del Paleolítico superior proporcionar un ejemplo para Paleolítico magia simpática, ya que podrían haberse utilizado para asegurar el éxito en la caza y para lograr la fertilidad de la tierra y Mujeres. El Paleolítico superior Venus figuritas se han explicado a veces como representaciones de la Tierra, similar a la diosa Gaia, además, se han descrito por James Harrod como representante de las mujeres (y hombres) chamánico procesos de transformación espiritual.


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