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Fueron Inglaterra y Francia

Inglaterra consiguió colonizar parte de la costa este norteamericana, además de algunas islas caribeñas y parte de Canadá.

Francia llegó a colonizar la actual Guayana Francesa (de la que sigue en posesión), y algunas islas del Caribe, además de la región canadiense de Quebec.

Colonización británica

Las Trece Colonias, un puñado de pueblos fundados por oleadas de inmigrantes ingleses entre los siglos XVII y XVIII, no poseían los rasgos del rígido sistema feudal europeo. Las colonias del noreste, estaban formadas inicialmente por puritanos que fundaron Massachusetts. En las colonias del sureste (Virginia, Carolina y Georgia), donde la población estaba compuesta principalmente por grandes y pequeños propietarios y esclavos, se había organizado un sistema esclavista, según el que unos 500.000 esclavos negros explotaban plantaciones de tabaco, algodón y azúcar.

Después del triunfo de Inglaterra sobre Francia en la Guerra de los 7 Años (1756-1763) en la que Inglaterra recibió gran ayuda de las colonias económica y militarmente, colaboración a pesar de la cual se crearon nuevos impuestos sobre el azúcar y subieron los ya existentes (sobre todo en el papel timbrado que en aquella época que era muy utilizado en la administración y en los actos notariales).

Al estallar la guerra colonial, los colonos tomaron conciencia de su poder, el que usaron para oponerse al alza de impuestos decretada desde Inglaterra. La reyerta degeneró en la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos (1776-1783).

Al principio los ejércitos ingleses parecían superiores pero, en 1779 se produjo una escalada en el conflicto: Francia y España decidieron entrar directamente en la guerra, convirtiéndose así la guerra de independencia en un conflicto internacional.

Más tarde Holanda también se une a la coalición formada por España y Francia, con ambiciones de ganar posiciones por el dominio de los mares. En 1783, Gran Bretaña reconocía la independencia de las colonias.

Colonización francesa

Los procesos de colonización francesa se iniciaron a principios del siglo XVII. Durante el siglo anterior, los franceses habían intentado infructuosamente asentarse en territorio Norteaméricano y, a pesar de las dificultades, durante el siglo XVI los barcos pesqueros franceses visitaban con regularidad la costa atlántica del norte del continente. Esto venía motivado principalmente por la demanda de pieles en los mercados europeos y, por ello, los comerciantes franceses iniciaron un lucrativo negocio con los aborígenes.

A principios del siglo XVII, Francia fundó puestos comerciales en Nueva Escocia, Annapolis y Quebec (primera colonia francesa, fundada como parte de una factoría peletera) en la actual Canadá y no dudó en apoyar a sus aliados comerciales, los hurones, en sus guerras con otros pueblos indígenas del este de Norteamérica. Otra colonia francesa fue fundada en Montreal, desde donde comenzó la exploración de la zona de los Grandes Lagos y del río Mississippi.

A diferencia de los primeros colonos ingleses, que se quedaron en las costas y utilizaron intermediarios para comerciar con los indígenas, los franceses se adentraron en los bosques con la intención de ampliar las fronteras comerciales y religiosas con los nativos. Por ello, para la primera mitad del siglo XVIII había establecimientos franceses en Detroit, Niágara, Illinois y Nueva Orleans. Estos puestos le proporcionaron a Francia el control de un territorio que se extendía desde Canadá hasta Luisiana.

El gobierno francés también fomento el establecimiento de colonias en el Caribe: en el transcurso del siglo XVII, conquistó las islas de Saint Christopher, Saint Croix, Saint Bartholomew, Grenada, Saint Martin, Tortuga, Marie Galánte y la parte oeste de La Española que se llamó Saint Domingue (Haití).

La importancia de las colonias francesas fue básicamente económica y militar. Se encontraban cerca de las principales rutas de navegación españolas, lo que permitía interceptar sus barcos y establecer comercio. Las islas francesas tenían una economía basada en la producción y exportación de azúcar, algodón, cacao y tabaco. Por otro lado la mano de obra esclava también generaba grandes ganancias. Eventualmente las colonias francesas tuvieron mayor población esclava que blanca, uno de los factores que favorecieron su prosperidad económica.


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