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Con el crecimiento de la economía chilena a fines del siglo XIX se formó una nueva clase social, la clase media. Esta clase en un comienzo no tuvo mayor importancia, pero desde el siglo XX fue la que tomo el control de Chile llegando a tener gran influencia.
Estos desempeñaron una serie de actividades relacionadas principalmente con la administración pública y el comercio. Con el paso de los años fueron aumentando en número y tuvieron mayores posibilidades de acceso a la salud, educación y desarrollo económico.

La cuestión social

El fuerte crecimiento económico que vivió Chile no llegó hasta las clases más bajas de la sociedad. Muchos campesinos abandonaron el campo en búsqueda de mejores condiciones de vida, pero al llegar a las ciudades no encontraron lo que buscaron.
Además, la falta de leyes laborales permitió el abuso a los obreros que tenían bajos salarios, horarios de más de 14 horas, falta de contratos y la explotación a mujeres y niños.
Los obreros junto a sus familias vivían en pésimas condiciones hacinados en viviendas que no tenían los requisitos básicos de higiene. Estas malas condiciones hicieron que se propagaran todo tipo de epidemias y enfermedades por lo que había una alta tasa de mortalidad, siendo los niños los más afectados.
En las salitreras del norte los trabajadores sufrían de problemas parecidos a los que vivían las clases bajas en las ciudades.

Movimiento obrero

Junto con la complejización de la economía surgieron las primeras organizaciones de trabajadores A medidados del siglo XIX nacieron las mutuales o sociedades de socorro mutuo, en las que sus integrantes se ayudaban ya sea en materias económicas, de salud o de educación.
A fines del siglo aparecieron lo sindicatos y la Federación de Obreros de Chile más conocida como la FOCH, estos comenzaron a presionar mediante huelgas y paros de actividades para mejorar sus condiciones. En un comienzo fueron reprimidos por el Estado, pero años más tarde se crearon leyes que respondieron a sus demandas.