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La degradación de suelos implica una disminución de los recursos potenciales de la tierra, tales como el suelo orgánico, los recursos hídricos, la vegetación y la fauna nativa asociada. Según estudios realizados, algunas zonas que hoy conocemos como desiertos tuvieron en el pasado una vegetación más o menos abundante. A medida que aumentan los factores causantes de la sequía, los desiertos comienzan a avanzar. Este es un grave problema que aflige al mundo, ya que se corre el riesgo de ver transformado este planeta en una zona desértica en el 41 por ciento de su superficie.

¿Por qué se produce la desertificación?

La sobreexplotación

La sobreexplotación se produce cuando se acortan los períodos en que las tierras quedan libres de cultivo, o por el uso de técnicas agrícolas o ganaderas que deterioran y terminan por «matar» a la vegetación y al suelo. Existen distintas formas de sobreexplotación, como son: El sobrepastoreo, Tala excesiva de vegetación, La salinización.

La desertificación amenaza con la subsistencia de más de mil millones de personas, ya que hace más escasa el agua, limitando la producción de cultivos, forraje, leña y otros beneficios que estos ecosistemas le proporcionan al hombre. En especial, las tierras secas subsaharianas y centroasiáticas.

Cabe señalar que la desertificación puede proyectarse como una posible consecuencia de lo que podría llegar a pasar con los hábitats (no desérticos) fuertemente intervenidos y donde el suelo ha sido altamente degradado.

Factores de peligro

Existen varios factores que influyen sobre el problema de desertificación. Estos dependen de la variedad de características físicas (que incluyen las climáticas) y del uso que se les da a las tierras de un lugar específicos Algunos de estos factores son:

– Vientos: es un factor climático que puede intensificar la desertificación de diversas maneras. Su fuerza puede erosionar, transportar y depositar partículas del suelo o de rocas que conforman el ecosistema. También, en zonas secas, puede provocar la formación de dunas. Aunque estas pueden existir en ambientes no propensos a la desertificación (como son las zonas del litoral).
A su vez, los patrones del viento pueden cambiar drásticamente bajo la influencia de las actividades del hombre al eliminar o agregar vegetación (en especial la leñosa) que actúa como barrera y proporciona sombra.

– Usos de la tierra: entre las causas de la desertificación relacionadas con el uso del suelo están el sobrepastoreo de ganado y de la fauna silvestre, uso del fuego para labores agrícolas, incendios forestales, actividades de construcción y algunos cultivos.

– Forma del terreno: existen factores relacionados con el terreno que pueden provocar desertificación, y estos son el grado de pendiente y la profundidad de la napa freática (capa de agua subterránea que está más cercana a la superficie del suelo). La primera es importante porque influye sobre la velocidad y la cantidad de la corriente de agua en superficie (la descarga es mayor si la pendiente del cerro es más pronunciada). También interviene sobre la cantidad e intensidad de luz solar que recibe un determinado lugar.

La segunda tiene que ver que si la napa freática está muy profunda, las raíces de las plantas no podrán obtener la humedad disponible y morirán, y, por otro lado, si la napa está muy cerca de la super. cie, las anegaciones serán un problema, ya que en estas zonas, las condiciones salina y alcalina pueden matar la vegetación o retardar su crecimiento.

Consecuencias de la desertificación

Las principales consecuencias que acarrea la desertificación son:

– Disminución de la resistencia de las tierras secas y sus recursos: aunque el suelo, la vegetación y el agua dulce en condiciones normales tienen una gran resistencia, es decir, se pueden recuperar después de una sequía o de alguna actividad humana agresora como un cultivo, al degradarse por la incipiente desertificación tienen cada vez menos posibilidades de recuperarse.

– Disminución de la productividad de las tierras secas: los vientos se llevan la capa superficial de las tierras secas, eliminando sus nutrientes necesarios y ocasionando que menos plantas se desarrollen. Esto puede incidir en que la producción de alimentos en muchas zonas afectadas baje considerablemente, pudiendo aumentar la desnutrición y la hambruna (en especial en el continente africano).

– Efecto en la población que vive fuera de las áreas con desertificación: la desertificación puede disminuir la calidad de las aguas y aumentar la sedimentación de ríos y lagos. También puede provocar tormentas de polvo, empeorando los problemas de salud (infecciones oculares, enfermedades respiratorias y alergias) o bien dañando infraestructura y artefactos, como por ejemplo automóviles o máquinaria agrícola.

Desertificación alrededor del mundo

La desertificación es un fenómeno que se extiende en todas las zonas de tierras secas del mundo, especialmente en África.

Según estudios, se estima que aproximadamente, un cuarto de América Latina y del Caribe son tierras secas y desiertas. De hecho, los estados caribeños de República Dominicana, Cuba, Haití y Jamaica tienen zonas áridas que cada día están aumentando su erosión. Al igual que los desiertos de la costa pacífica de América Latina (que se extienden desde el sur del Ecuador, pasando por toda la costa peruana hasta llegar al norte de Chile) y las tierras del altiplano de los Andes, que están más al interior (entre los 3.000 y 4.500 msnm) y cubren grandes extensiones de Perú, Bolivia, Argentina y Chile.

En África, casi más de la mitad del continente están constituida por desiertos o tierras áridas. Estas últimas se han adaptado para ser utilizadas para el cultivo, pero en el último tiempo gran parte de ellas ha sufrido un deterioro producto de estos usos y de las prolongadas sequías.

En Europa, específicamente en los países del mediterráneo norte como España, Italia y Francia, la degradación de los terrenos está frecuentemente asociada al uso agrícola. Producto de esto, la tierra se saliniza, se seca, se vuelve infértil e improductiva, provocando la desertificación. En Asia, la desertificación toma distintas formas a lo largo del continente. De un total de 4,3 billones de hectáreas de terreno, cerca de 1,7 billones son tierras secas. Entre las zonas degradadas se encuentran las dunas de Siria, las laderas de las montañas de Nepal y las deforestadas sierras de Laos.

La salinización se produce cuando se riega con aguas salinas: el agua es consumida por la vegetación o se evapora y las sales permanecen en la tierra. Este es uno de los mejores ejemplos de cómo el hombre induce a la desertificación. La salinización afecta a la quinta parte de todas las tierras de regadío de Australia y Estados Unidos y a un tercio en países orientales, como Egipto, Pakistán y Siria. La gran cantidad de sal que se concentra en los suelos irrigados afecta el buen rendimiento de las cosechas, y en mucho casos los hacen inútiles para usos agrícolas.La tala excesiva de bosques se realiza por diversos motivos, como son la habilitación de tierras agrícolas en sectores boscosos no adecuados, la sobrextracción de material leñoso como combustible, o simplemente las malas practicas forestales, como es la tala rasa, que maximiza el rendimiento económico en desmedro de los bosques, especialmente nativos, que lamentablemente son cada día más escasos.Este fenómeno se produce cuando en una superficie dada existe más ganado del que dicha superficie puede suportar. Esta situación trae como consecuencia la pérdida paulatina de las mejores especies comestibles, permaneciendo solo las poco o nada comestibles, lo que puede provocar el empobrecimiento de la cubierta vegetal y una inminente erosión del suelo.


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