Había una vez, una niña llamada Mariana, que vivía en una media agua. Tenía 8 años, sus padres eran italianos.
Aunque ella no se imaginaba que estaba secuestrada, en otra parte de Chile se encontraba su madre Catalina, buscando a su hija de 8 años desde el momento que nació.
En la casa de Mariana, los secuestradores la golpeaban y la hacían pedir limosna. No iba al colegio.
Un día, Catalina recibió una carta de una persona desconocida, que decía la ubicación de su hija, con la dirección y la ciudad en donde estaba. Mariana también recibió una carta que decía que no vivía con sus padres, sino con los secuestradores que la arrebataron a su madre.
Los secuestradores al saber de esto, se preparaban para huir de la casa, cuando llegó Catalina y encontró a su hija. Pero se produjo una discusión, y los secuestradores incendiaron la casa. Catalina y Mariana habían quedado atrapadas en el fuego, pero lograron romper una ventana y escapar.
Los secuestradores huyeron, pero los carabineros los atraparon y los entregaron a la justicia. Fueron condenados a 20 años en la cárcel.
Mariana y Catalina volvieron a su hogar, en donde Mariana siempre tuvo que haber estado.
Fin
Javiera Carrasco, 12 años.