Este cuento narra la historia de un palacio, el más bello de todos, cubierto de oro. Pero sus reyes vivían solos. No había felicidad.
En ese palacio nunca han visto un amanecer o una noche. Ellos no conocen lo que es la luna o el sol.
Entonces, un día nació un bebé, que al crecer se convirtió en una princesa muy bella. Ella quería conocer afuera, descubrir qué había a su alrededor, así que escapó.
Sus padres la buscaron, pero nunca la encontraron.
La princesa contenta vio por fin la naturaleza, los animales, los árboles, las flores.
Volvió feliz al palacio, a contar todo lo que había visto a sus padres. Pero cuando llegó, se le acercó un niño con una voz grave, que le dijo: «ellos no están, te buscaron por todas partes. Llegas tarde, demoraste mucho, llegas tarde».
Confundida, la princesa le respondió: «no puede ser, sólo demoré unos minutos».
Entonces, el niño le dijo: «acá no, pasaron cien años. Todos saben tu historia. Tus padres fallecieron».
La niña lloró y le preguntó quién era. Pero el niño no le respondió, sólo la abrazo y desapareció.
La princesa quedó desesperada en la soledad, no sabía qué hacer. Con el paso del tiempo murió.
Por: Camila Solis, 12 años. De la Región de los Ríos.
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