Así es como puedo decir que la vida cambia en un segundo. Si tan sólo ella hubiese recibido un «no» como respuesta, todo sería tan diferente.
Íbamos con mi mamá, mi papá y mi novio en el auto, como siempre mi madre conducía el vehículo. Cuando de pronto observamos a una mujer, un tanto joven por lo demás, que nos hacía gestos para que nos detuviésemos, así lo hicímos.
Al detenernos ella preguntó si no era mucha molestia llevarla hasta la calle próxima, un trayecto bastante corto, a lo que mi padre dijo un rotundo sí, esa palabra que marcó mi destino.
Había algo tan preocupante en ella, yo no dejaba de observarla, ella iba temblorosa y su respiración estaba acelerada. Mientras yo seguía cada uno de sus movimientos ella introduce su mano a la cartera, saca un revólver y sin pensarlo dispara. Ese tiro impactó en lo más profundo de mi corazón y con él se llevó al gran amor de mi vida.
Sorpresa de Yerbas Buenas