Un día en la tarde una niña llamada Ana, se le había ocurrido una idea. Y la idea era que mañana en su cumpleaños su deseo era que el mundo fuera de colores.
Al día siguiente, esperó y esperó y el sueño se hizo realidad. Observó un árbol que empezó a cambiar de colores y después empezó una casa a cambiar de colores y luego con las personas, perros, gatos, etc. La niña fue al colegio y todos los niños y niñas estaban de otro color y luego Ana vio que estaba toda de otro color, su cara era de color verde, sus ojos rojos, su pelo rosado, su ropa toda pero toda amarilla. Y al llegar a la casa sus perros eran de color morado, corrió a su pieza y sus juguetes eran algunos de color verdes, amarillos, rojos, cafés y morados.
Su sueño había sido realidad, pensó que era el día más feliz de su vida. Su mamá le dijo que los supermercados eran de un solo color y Ana se emocionó con lo que estaba sucediendo y salió a la calle y se encontró con una amiga y le dijo: «¡Ana todo el mundo es de colores¡». ¡Si, ese fue mi deseo de mi cumpleaños!, le contestó Ana. Y la amiga le dijo: «Ah, no sabía por qué mi mamá estaba vuelta loca con su color de cuerpo».
Y todos vivieron felices por siempre.
Nace Charles Chaplin