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Aún recuerdo aquellos días lejanos, cuando en mi casa la hierba crecía alta, verde y tierna. Vivía yo entonces solo, en una casita pequeña, con altos árboles a su alrededor, que me entregaban jugosos y suculentos frutos de muchos colores.

En los árboles vivían aves con plumas doradas y esmeralda, que cantaban sinfonías completas con su piar y sus graznidos. Aves que volaban muy alto, recuerdo yo, y que cada mañana retornaban con la luz del Sol para iluminar el valle.

Del Sol me traían fuego, así yo me podía hacer un pancito amasado en el horno de barro que tenía. Después me tendía en el pasto y miraba las formas de las nubes, mientras canturreaba las sinfonías que cada mañana las aves llevaban.

El viento me traía las noticias de afuera: me habló de guerras mundiales, del descubrimiento de América, de la caída del Imperio Romano, de la redondez de la Tierra, de una nave tripulada que llegó a la Luna, ¿la Luna?… Dios mío. Me habló de Sócrates, de Pablo Neruda, me contó la historia de Don Quijote de la Mancha, me habló de la música, de los vals de Strauss, de Mozart, Vivaldi, Beethoven, Pink Floyd. Me habló del Cantar de los Nibelungos y las aventuras de Siegfrid.

Un montón de noticias. Hasta supe que en Egipto se habían construido las pirámides y todo el mundo creía que era algo imposible; incluso George Bush le dijo al faraón que era una tarea titánica. Pero Isaac Newton probó que no era imposible y junto con Einstein demostró que eran físicamente posibles de construir. Bueno, allá ellos.

Mmm… son las 10:30 de la mañana, creo que será mejor que cene lo antes posible, tengo ganas de comer cereales. Y en la noche, desayunaré spaghettis con salsa de tomate y champiñones, mi preferido.

No sé qué hacer ahora, la verdad es que siempre hago nada. Y nunca hago algo. Creo que hacer algo es pérdida de tiempo, en cambio hacer nada es bastante productivo. Vieran ustedes que por hacer nada, inventé la rueda. Oh, sí, la inventé yo solito. Eso si, me ayudaron y bastante, se puede decir que di la idea y después otros la construyeron, yo solo me dediqué a observar el trabajo, ya saben, para que todo saliera bien, yo coordinaba todo, fue algo bastante complejo y difícil, casi un drama… en fin.

Siempre he sabido que llegaría lejos. Una vez, me acuerdo que le conté una idea bastante buena a un amigo y me mandó bien lejos, a la punta del cerro si era posible y bueno, aquí estoy. Pero no lo he vuelto a ver, no me escribe nunca, es algo tontito, pero le comprendo.

Ah!, y la otra vez, recibí la visita de don Manuel Rodríguez. En serio, fue una visita bastante agradable, conversamos harto sobre política, libertad y derechos humanos. Sabe bastante ese señor, como vende El Mercurio, ahí aprende todo. Muy ilustrado.

Son las 10:00 de la mañana. ¡Vaya como vuela el tiempo! Y yo aquí hablando. Ahora que me acuerdo, más tarde tengo que ir al Desembarco de Normandía… pero ustedes piola: tienen que llamarlo día D. Y una fecha bastante buena eligieron, justo este miércoles 21 de Mayo. El capitán Prat está a cargo de derrotar a las fuerzas alemanas. Será una gran proeza. Dicen que Aquiles va a liderar a los cabezas de playa, ya saben, los que se tomarán la playa. Y dicen que Héctor estará esperándolo junto con los alemanes en esos enormes bunkers. ¿O era Rambo?

Bueno, son las 9:50 de la mañana, debo ir a cenar mis cereales… esperen parece que ahí viene la enfermera. Ah sí, es cierto, tengo cita con el electroshock, es gracioso, da bastantes cosquillas…


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