Una vez cuando la luna estaba por aparecer llegó el Sol y se la llevó. Le dijo a la Luna que no se preocupara porque la iba a llevar a andar por el universo entero; pero cuando llegó, la Luna estaba apagada, estaba muy pero muy cansada para alumbrar la Tierra.
Una vez ya despierta, era de día y no tuvo que hacer ninguna labor. El Sol se apagó un poco en la noche y ocupó el lugar de la Luna, el Sol estaba cansado y cuando él ya se estaba por dormir la luna se durmió para que el Sol se hiciera cargo de su labor, pero el Sol no quiso y se durmió. En un segundo la Luna se durmió y la noche estuvo muy oscura y nadie podía ver. La Luna se despertó y alumbró la Tierra, pero ya era de día y el Sol muy energético como siempre se despertó y en un segundo empezó a alumbrar piezas, salas, calles, tiendas, patios, baños, clínicas, etc.. La Luna se disculpó con el Sol y le dijo que esta vez hará bien su trabajo y no será fresca y mal humorada… y la vida de la Luna cambió siendo feliz junto al Sol.