Hace muchos años un niño de nombre David vivía en una casa normal, linda y limpia, pero un día desgraciadamente sus padres le dijeron que se iban a tener que cambiar de hogar por alguna razón que sus padres no le dijeron.
El niño estaba triste pero qué iba a hacer él. El día que estaban empacando al niño le dio una idea de que quizás la nueva casa le iba a gustar e iba a ser tan bonita como la anterior.
Bueno, la familia partió y al llegar, la casa se veía linda y limpia por fuera pero no se imaginaron cómo iba a ser por dentro.
Al entrar, la casa era ¡fea! A toda la familia no le gustó pero qué iban a hacer, ¡nada!.
El niño subió a su nueva habitación y solamente su pieza era igual; o sea, idéntica a la anterior, ¡¡¡QUÉ RARO!!!