Al igual que en todos los pueblos, la identidad y características de los mapuches se sustenta en cuestiones materiales e ideológicas. Los pilares fundamentales de dicha identidad fueron cuatro.
Estos son: 1) el acceso, distribución y significación de los recursos naturales: 2) el idioma común; 3) su organización familiar y parental, y 4) la dimensión mágico, religiosa del mundo.
Algunos de estos elementos están tan ligados a las raíces de esta etnia, que resistieron duras pruebas sin deteriorarse. Tal es el caso de su organización social basada en la familia y el parentesco.
Características de los mapuches
Una de las principales características de los mapuches es su resistencia. Trescientos años de guerra contra los españoles no lograron destruirla ni supeditarla al poder político-militar centralizado que debió formarse para dirigir la guerra.
Sin embargo, han existido otros factores que, poco a poco, han ido obligando a los mapuches a adoptar esquemas que no les son propios. Estos factores han sido tanto de carácter material como ideológico.
El nacimiento de un nuevo grupo poblacional en el territorio chileno se hizo notar hacia fines del siglo XVII. Se trataba de los mestizos, hijos de los inmigrantes europeos y los nativos.
Estos fueron reclamando para sí espacios que antes ocupaban los indígenas y es así como terminaron confinándolos al espacio comprendido entre los ríos Biobío y Valdivia.
Pero la limitación del acceso a los recursos naturales y la distribución de la tierra no pararon allí. Consolidada la República y superados los territorio y a establecer un nuevo régimen de la tenencia de la tierra, lo que también implicaba neutralizar los levantamientos mapuches (Pacificación de La Araucanía).
Así fue como entre 1880 y 1882, el Estado impuso a los indígenas un Sistema de Reducciones.
Conflictos por el territorio
Este régimen, por sí mismo, era atentatorio contra el primero de los pilares de su identidad. Al fijarle de golpe sus territorios, la nueva legislación alteró no sólo su patrón tradicional de asentamiento, reduciendo drásticamente sus dominios de 10 millones de hectáreas a 1/2 millón de hectáreas.
Los reclamos de los indígenas frente a estas medidas que paulatinamente fueron reduciendo más y más sus posesiones, eran respondidos siempre con campañas de desprestigio que tenían mayor difusión que sus protestas.
Pero curiosamente este confinamiento en reducciones resaltó nuevas características de los mapuches: unió más a su pueblo y lo hizo mantenerse en constante alerta para defender su cultura.
Actualmente, mediante dos decretos de ley se establece que es «una aspiración evidente de los indígenas el llegar a ser propietarios individuales de la tierra, comprobada por las divisiones de hecho que entre ellos han efectuado», y por lo tanto se autoriza la división de terreno de sus reducciones.
Se dice además en esta legislación que la propiedad y el trabajo comunitario son fuente de atraso económico y social. Con ello queda sellada la suerte de los mapuches y sus costumbres tradicionales.
Sólo por enfatizar la importancia que la tierra tiene para este pueblo, hay que recordar que su nombre quiere decir justamente «gente de la tierra».
Sin ella, ni su organización económica ni la social, ni su cultura ni sus valores y creencias tiene significado alguno.
Día del Carabinero