Fecha de edición: 04.04.2008
La Escuela de Ingeniería de la Universidad Católica, en conjunto con Dictuc, a través de su área de Gestión Educacional, desarrollaron un sistema innovador de evaluación escolar, que no sólo entrega medidas sobre el estado y el progreso de los estudiantes, sino que entrega información sobre el valor agregado o la efectividad que tanto los profesores como los colegios tienen sobre el aprendizaje de los estudiantes. Para esto, se considera el contexto socioeconómico, cultural y escolar, además del rendimiento académico previo de los estudiantes.
La primera aplicación de pruebas se realizó los días 2 y 3 de abril en los colegios municipales de La Florida, Maipú, y algunos de Conchalí y San Joaquín.
Según un comunicado de la UC, en educación, el valor agregado se refiere al valor adicional que adquiere el aprendizaje de los estudiantes durante el proceso de enseñanza, dado por profesores y colegios.
El sistema Valor Agregado UC cuenta además con el apoyo de Fondef, por el alto impacto social que representa y por la necesidad de llevar a cabo investigación científica del más alto nivel en la educación chilena.
Algunas de las ventajas del Modelo de Valor Agregado son que se valora el efecto puro de la enseñanza, se realiza evaluación continua a los mismos alumnos y se incluye información del contexto socioeconómico, escolar, de la habilidad y la enseñanza.
Además, dice el profesor David Fuller, director de Dictuc, quien lidera los estudios del modelo, las evaluaciones inciden positivamente en el logro de aprendizajes y se generan indicadores que permiten validar la toma de decisiones de sostenedores, directores, jefes de UTP y profesores.
Según explican, una de las características de este sistema es que se logra una evaluación más justa, ya que es diferente la educación a niños con distintos capitales humanos iniciales. La justicia evaluativa se consigue considerando toda la información de contexto, para con técnicas matemático-estadísticas, obtener resultados de valor agregado que no están contaminadas por características del contexto, que sólo dicen relación con el proceso de enseñanza.
Además, Valor Agregado UC pone especial énfasis en la continuidad del proceso evaluativo, al contar con tres evaluaciones al año, lo que permite obtener la información con tiempo suficiente como para poder actuar y realizar una gestión pedagógica sobre la base de datos objetivos, precisos y de calidad.
«De este modo, los indicadores se utilizan para mejorar la gestión y no sólo para medir el estado en un momento del tiempo: el foco está puesto sobre cómo hacer progresar el aprendizaje estudiantil», señala Fuller.
Los indicadores permiten monitorear el aprendizaje de los alumnos a medida que se desarrolla el proceso educativo, y ayuda a reaccionar tempranamente ante posibles debilidades y potenciar aún más sus fortalezas.
Así, sostiene el académico, es posible fijar metas de progreso coherentes con la realidad de los colegios, de acuerdo a la línea base en que se encuentran los estudiantes, es posible evaluar entre otras cosas si la efectividad lograda está de acuerdo a tales metas, propagar y difundir los métodos pedagógicos que resulten más efectivos, realizar una asignación docente más informada, o capacitaciones especializadas.
La Tercera Digital
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