LA TERCERA Sábado 3 de febrero de 2007
Por : Sofía Otero
El Rose Garden (jardín de rosas), el Fish Pond (pileta) y el reloj de la entrada son tres clásicos del Santiago College que estarán presentes en la nueva construcción del colegio, que estará operativo en marzo de 2009. Si bien no serán copiadas íntegramente, el concepto de cada uno de ellos será plasmado en la sede de Lo Barnechea.
La oficina de arquitectos Guillermo Rosende & Asociados será la encargada de construir el nuevo campus, que actualmente se encuentra en la etapa de anteproyecto. Es decir, contempla la disposición de los edificios en el terreno, pero aún puede variar en su desarrollo. Durante los próximos seis meses deberá definirse el proyecto final y hacia fines de año se llamará a licitación para definir a la empresa constructora de las nuevas instalaciones, cuyo levantamiento tomará entre 12 y 14 meses.
El colegio será construido en un terreno de 11 hectáreas en Los Trapenses, en Lo Barnechea. Allí el Santiago College mantiene 160 alumnos, entre play group, prekinder y kínder, además de las canchas deportivas donde los estudiantes deben trasladarse cada semana para sus clases de gimnasia. “Uno de los desafíos es ver cómo se va a mantener funcionando esto durante la construcción, porque la condición es que estas dependencias no serán trasladadas a otro lugar durante el proceso”, señala la directora del establecimiento, Lorna Prado.
La nueva infraestructura contempla 25.000 m2 de edificación, que se organizará en torno a dos patios principales -de un total de nueve-, además de 3,5 hectáreas para canchas deportivas, gimnasio techado, piscina techada semiolímpica temperada y seis hectáreas de jardines y patios. Otro de los requerimientos del Santiago College fue la incorporación de salas por asignaturas. Por eso, a las clásicas salas por nivel (75 aulas de 64 m2, el doble de lo exigido por la normativa), se sumarán seis talleres de arte, una sala de exposiciones que estará abierta a la comunidad, cinco salas de música, una de grabación, una de teatro, una de cine y siete salas de religión, además de los dos laboratorios de tecnología, cinco de computación, 12 de ciencias, una biblioteca de mil metros cuadrados, auditorio, capilla ecuménica y estacionamiento subterráneo para 350 autos.
El traslado del colegio desde su actual ubicación en Providencia, donde han permanecido durante 76 años (ver recuadro), no ha estado exento de polémicas. Un sector de los apoderados ha manifestado que la mudanza podría convertir al establecimiento en un
colegio elitista. Sin embargo, el traslado del Santiago College era inminente. “Nuestros alumnos pierden mucho tiempo arriba del bus camino a las canchas y pasan el 80% del tiempo con luz artificial en la sala. Queremos acercarlos a un entorno más natural. Eso, sumado a los nuevos talleres artísticos, enriquecerá la integralidad del alumno, y eso sólo lo podemos conseguir en un solo colegio, que es lo que hoy día no tenemos”, señala la directora. Los apoderados aún no conocen las características del anteproyecto seleccionado. El jueves pasado fueron informados a través de un correo electrónico sobre quiénes serían los arquitectos a cargo del proyecto y no está planificado hacer una presentación en marzo.
“Al anteproyecto hay que incorporarle mucho trabajo sólo cuando tengamos una versión definitiva se la daremos a conocer a los apoderados”, señala Fernando Alvear, Presidente de la Fundación Educacional Santiago College.
127 años de historia Desde su fundación de manos de misioneros metodistas, en 1880, el Santiago College ha pasado por cuatro sedes debido a la falta de espacio. El primer establecimiento fue una casa arrendada en calle Vergara, donde comenzaron a funcionar con siete alumnos. Siete años después se trasladaron a Agustinas con Brasil y 45 años más tarde compraron los terrenos de Los Leones. Este último traslado fue calificado de “locura” en su época, pues la gente desconfiaba de que las alumnas fueran a un colegio que quedaba tan lejos, donde terminaba la línea del tranvía. En ese entonces, el Santiago College buscaba lo mismo que quiere hoy: un espacio cercano a la naturaleza con terreno suficiente para las prácticas deportivas. “Cuando nos cambiemos esperamos poder trasladar el alma de este colegio a la nueva sede y permanecer ahí por lo menos durante 100 años más”, dice la directora. En tanto, durante el primer semestre de este año el colegio deberá decidir el destino del inmueble de Los Leones. Según explican en el Santiago College, el edificio será arrendado a una institución educacional, pero en la dirección indican que “se reservarán los nombres de los interesados”. Sin embargo, según trascendidos, una de las instituciones interesadas en el arriendo sería la Universidad Federico Santa María. |