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Columna de Opinión.
Gregory Elacqua. Escuela de Gobierno, Universidad Adolfo Ibáñez

La Presidenta Bachelet anunció la semana pasada que pronto enviará un proyecto de ley al Congreso que derogará la Loce y eliminará la selección de alumnos hasta sexto básico en todos los establecimientos que reciban financiamiento estatal. Esta iniciativa tendrá un efecto profundo sobre nuestro sistema educacional. Se espera que nuestros parlamentarios escuchen la evidencia y no los argumentos ideológicos para el debate.

La evidencia muestra que prohibir la selección tendrá al menos tres efectos significativos en el sistema escolar. Primero, afectará la calidad del sistema. Un estudio reciente de Dante Contreras demuestra que la selección tiene una incidencia importante en los resultados del Simce en un establecimiento. Mientras los colegios tengan incentivos para demostrar buenos resultados, éstos siempre se van a esforzar por seleccionar a los mejores alumnos, en lugar de invertir recursos en innovar y mejorar sus procesos educativos (tareas más costosas y difíciles).

Segundo, restringir la selección mejorará la equidad al promover la libertad de elección por parte de las familias más pobres. Los procesos rigurosos de admisión excluyen a muchas familias pobres de los colegios de calidad. A modo de ejemplo, el sector que ofrece la mejor calidad en educación, según la investigación, son los colegios católicos. Sin embargo, irónicamente, el sector católico, que declara tener una misión de servicio e inclusión de los más pobres, en la práctica casi no matricula a alumnos de escasos recursos. Según las cifras oficiales, sólo un 6% de los alumnos de escasos recursos está en colegios católicos subvencionados –la mayoría de ellos concentrados en unos pocos  establecimientos-.

Tercero, prohibir la selección fomentará mayor integración. Una de las consecuencias de la selección ha sido inducir la segmentación del sistema educacional. Según el Mineduc, el 30% de la matrícula es clasificada como vulnerable, es decir,  corresponde a alumnos de escasos recursos que viven en un entorno desfavorable para su educación. Casi el 75% de ellos asiste a escuelas municipales, mientras que sólo un 25% lo hace a colegios particulares subvencionados. Asimismo, el sector particular subvencionado se encuentra internamente mucho más segregado que el sector municipal. Los alumnos pobres están concentrados en unos pocos colegios. Ejemplo de ello es que casi la mitad de los alumnos de colegios particulares subvencionados no tienen ningún compañero de escasos recursos, mientras esta cifra es sólo 3% en el sector municipal.

La investigación muestra que hay efectos positivos para el rendimiento de alumnos pobres de tener pares de mayor capital cultural y negativos al estar en colegios segregados. También hay otros resultados positivos no relacionados con el rendimiento al estar en escuelas integradas. Por ejemplo, la integración ofrece acceso a redes sociales que antes no estaban disponibles para los estudiantes pobres. Y contrario a lo que muchos creen, la integración también beneficia a los niños que provienen de familias pudientes sin perjudicar su rendimiento. A ellos les permite conocer su sociedad, disminuir sus prejuicios y abrirse a un entorno de vida más real y pluralista.

La selección de alumnos impide mejorar la calidad y equidad de nuestro sistema escolar. La evidencia muestra que la iniciativa anunciada por la Presidenta que propone restringir la selección puede producir cambios importantes en el sistema educacional. Se espera que los parlamentarios que dicen estar preocupados por la educación sean los primeros en salir a apoyar esta iniciativa.


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