Una noche en sueños vi
que Jesús junto a mi caminaba,
a la orilla del mar
bajo una luna plateada.
Soñé que veía en los cielos
mi vida representada,
en varias escenas
que en silencio miraba.
Dos pares de firmes huellas
en la arena iban quedando,
mientras con Jesús caminaba,
como amigos conversando.
Miraba atenta esas huellas,
dibujadas en el suelo,
algo pude comprobar
y sentí gran desconsuelo.
Miré que algunas veces
había sólo un par de huellas
y se advertían siempre
en mis noches sin estrellas.
Cuando yo tenía
un gran desconsuelo y pena.
Le pregunte a Jesús
¿Señor tú no has prometido
que en mis horas de tristeza
siempre estarías conmigo?
Y él me respondió
si tú solo ves dos huellas
es porque en tus horas de tristeza,
cuando flaquean tus pasos,
ves solo un par de huellas
porque te llevo en mis brazos.
Por: Javiera Ramos, 9 años. De Valparaíso, en la V Región.
Sorpresa de Yerbas Buenas