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La reproducción sexual necesita dos progenitores de distinto sexo, cada uno de los cuales contribuye con células sexuales o gametos, los que se unen para formar el cigoto o huevo fecundado. En las hembras, el gameto recibe el nombre de óvulo, y en el macho, espermatozoide.

Para que haya fecundación deben existir dos personas: un hombre y una mujer. Si deseas saber lo que sucede dentro de ambos durante la relación sexual o coito haz click aquí. Por ahora te explicaremos cómo se expresa en cada uno el deseo sexual, la excitación y finalmente el orgasmo, que culmina con la eyaculación, y en muchos casos en la fecundación.

En principio, para realizar el acto sexual hombre y mujer deben sentir deseo de estar con el otro.

Cuando la mujer siente excitación, produce un fluido que lubrica las paredes vaginales. Al mismo tiempo, el incremento de la irrigación sanguínea hace que el clítoris aumente su tamaño y también que los pechos experimenten una erección. A medida que la excitación sexual aumenta, la vagina se expande como un globo, la piel se vuelve rosada y la velocidad de contracción del corazón y la presión arterial aumentan.

En el hombre el proceso es muy parecido, ya que su pene aumenta de tamaño debido al incremento de la irrigación sanguínea, erectándose. Los testículos suben y se acercan al cuerpo. La frecuencia cardíaca y respiratoria aumentan a medida que se incrementa la excitación, apareciendo líquido lubricante en la punta del pene, que puede contener espermatozoides.

Al momento del coito, el pene del hombre es introducido en la vagina de la mujer. Los tejidos que rodean la parte exterior de la vagina se hinchan, reduciendo el tamaño de su diámetro, de tal forma que el pene queda atrapado en ese lugar. El clítoris se eleva y la frecuencia cardíaca y la presión sanguínea continúan elevándose, el cuerpo se acalora en forma descontrolada. El hombre presenta una erección completa del pene, que si bien ya había logrado en la fase de excitación, puede aumentar ligeramente el diámetro del glande.

Cercano al momento de la eyaculación, la frecuencia cardíaca y respiratoria se aceleran extraordinariamente. En este momento ambos están próximos a llegar al orgasmo, que es el punto culminante del acto sexual y solo dura unos segundos. En la mujer se produce una serie de contracciones musculares rítmicas en la vagina. La frecuencia cardíaca, la presión sanguínea y la frecuencia respiratoria alcanzan su máximo punto y los músculos de todo el cuerpo se tornan tensos.

El orgasmo del hombre es sin duda más explícito que el de la mujer, ya que culmina con la eyaculación. Generalmente hay tres o cuatro expulsiones de semen, cada cuatro o cinco segundos. Al igual que la mujer, la frecuencia cardíaca y la respiración alcanzan su máxima expresión.

Luego del orgasmo, todo vuelve a la normalidad. En la mujer, el útero desciende a su posición original, aunque el canal cervical se mantiene abierto para que los espermatozoides puedan nadar a través del útero y fecundar el óvulo. La vagina vuelve a su tamaño normal.

En el hombre, el tamaño del pene disminuye a la mitad de lo que era en el momento de mayor excitación. Durante esta fase existe un período refractario, en el cual una segunda erección es imposible, a pesar del estímulo que se le aplique. La duración de este período varía en cada hombre. En la mujer esto no ocurre: ella podría volver a excitarse sin problema y tener otro orgasmo inmediatamente.

 


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