Skip to main content

En su nueva casa, lo primero que hizo Odín fue convocar a todos sus pares. Se acordó que dentro de ese reino de paz jamás se vertería sangre, ya que la armonía debía de ser la única regla, la ley suprema que presidiría para siempre sus relaciones.

El palacio de oro de Odín se llamaba Gladsheim (morada de la alegría). Desde su trono, Odín vigilaba el Universo, a los dioses, los humanos y los elfos. Ahí también se reunían los doce jueces que nombró para que le ayudaran a tomar las decisiones. Vingolf era el palacio de las diosas.

En una hermosa sala del Asgard vivían tres doncellas, las nornas, Urd, Verdandi y Skuld (pasado, presente y futuro), que modelaban el destino de los hombres. Eran seres del bien, hadas encargadas de cuidar y regar al gran árbol de la vida, Yggdrasil. También había normas de los elfos, de los hombres y de los enanos.

El mundo de los dioses y el de los hombres estaba unido por Bifröst, un arco iris que servía de puente y que estaba hecho de fuego para que los gigantes no pudieran atravesarlo. El encargado de vigilar este paso a Asgard de día y noche era el dios Heimdall. En caso de emergencia, tocaría tres veces su cuerno Gjallarhorn para advertir el peligro a los demás dioses.


Warning: Invalid argument supplied for foreach() in /www/wwwroot/www.icarito.cl/wp-content/themes/icarito-v1/template-parts/content-relacionadas.php on line 13