Ni el año y medio que pasó Víctor Cortés (26) en la universidad del País Vasco y en la U. de Barcelona le sirvieron tanto como las clases que le hizo el Centro Félix Klein. El organismo, dependiente de la Usach, se dedica a la investigación en didáctica de las matemáticas y es el encargado del ramo en la carrera de Pedagogía Básica que dicta esa universidad.

En la última prueba Inicia, que midió a 3.271 egresados de Pedagogía Básica y de Educación Parvularia, Víctor fue uno del 4% que logró ubicarse en la mejor categoría: sobresaliente. Se trata de 122 egresados que, según un perfil elaborado por el Mineduc, tienen un puntaje PSU mayor, provienen de familias más acomodadas y se educaron preferentemente en planteles tradicionales.

El grupo logró 594 puntos en la PSU, 109 puntos más que el promedio de los estudiantes de su generación a nivel nacional y 89 más que quienes dieron Inicia. El 54% estudió en una universidad del Cruch. El 40% lo hace en un plantel privado y el 5% en institutos profesionales. En contraste, las universidades privadas concentran al 51% de la matrícula de Pedagogía Básica, las tradicionales al 39% y los institutos, al 10%.

En la prueba que mide el manejo de los contenidos que deben enseñarse en el aula (lenguaje, matemáticas, ciencias e historia), el dominio de la UC es indiscutible: el 60% de los destacados estudió ahí. En el test que mide aspectos como la capacidad de integrar conocimientos y tomar decisiones pedagógicas, el 64% de los mejor evaluados los aportaron cuatro planteles: Diego Portales, U. de Concepción, Católica y Andrés Bello.

Quiénes son

Una de las egresadas de la Unab es Camila Corbalán, quien obtuvo más de 600 puntos en matemáticas, 650 en lenguaje, 630 en ciencias y 6,4 de promedio del colegio, además de la excelencia académica durante toda la carrera. Para ella, la prueba Inicia era una oportunidad para ver “qué tan bien preparada me dejó la universidad”.

Aunque reconoce que el plantel los preparó levemente, con talleres donde se repasaron los contenidos, el 66,4% de los docentes destacados no realizó una preparación especial para la prueba, según el Mineduc.

Una muestra que realizó el ministerio a quienes rindieron la prueba determinó que los docentes destacados provienen de familias de bajo capital cultural: sólo el 47% tiene padres con estudios superiores. Aunque entre los profesores en ejercicio se trata de una realidad, incluso, más extendida: en el 92%, la madre sólo alcanzó la básica o la media, según la Encuesta Longitudinal Docente.

Asimismo, sólo el 5% de los ex alumnos de establecimientos municipales logró ser sobresaliente; versus el 8,1% de los egresados de colegios subvencionados y el 23,3% de particulares.

Consultados sobre los salarios, los egresados aspiran a un promedio de $ 452 mil en el primer año y $ 834 mil a los 10 años de ejercicio laboral. Un sueño algo alejado de la realidad: a los 10 años, el sueldo promedio de un docente contratado por 44 horas llega a $ 780 mil brutos.

Al 50% le gustaría trabajar en un colegio vulnerable. Una aspiración que, sin embargo, contrasta con lo que dicen los estudios.

Un análisis de la investigadora de la UC Lorena Meckes, que siguió la trayectoria laboral de quienes rindieron Inicia, encontró que el 25% de los contratados en colegios de nivel socioeconómico medio o alto tuvo buen rendimiento en el test, versus el 13% de quienes trabajan en colegios vulnerables. En otras palabras, “los nuevos egresados no se distribuyen homogéneamente en los colegios, generándose un fenómeno de segmentación”, concluye el estudio.

Camila Corbalán, por ejemplo, egresó del colegio particular San Esteban Diácono y volvió a hacer clases allí. “Uno no puede vivir del aire. Si en un colegio municipal me ofrecen buen sueldo, me iría. Todos los niños tienen necesidades. Los de mejores recursos necesitan ser educados”, dice.

Su colega, Víctor Cortés, quien trabaja en el centro Félix Klein, dice que “si quieren que los mejores se dediquen a la docencia, la plata es un requisito fundamental. Los bajos sueldos nos alejan a muchos de las salas”, sentencia.

“Reconocemos el problema y por eso estamos haciendo la carrera profesional docente, que sube fuertemente los salarios”, dice el ministro de Educación, Harald Beyer, quien agrega que, además, aspiran a que quienes trabajen en sectores vulnerables puedan acceder a bonos que incrementen sus salarios y tengan más horas para planificar sus clases.