He sido padre, sembrando la semilla del fruto del sol
He sido madre, cultivando el fruto del creador
He sido niño, jugueteando entre su variado esplendor
He sido poeta, inspirando mis días de sol a sol
He sido maestro, traspasando la experiencia que la tierra me legó.
Desde mi ventana disfruto de la pureza
Aquí estás avanzando con don
Temporadas vívidas de sol
Largas tormentas
Inviernos, temporales, sequías y
Pan recién horneado
En las manos del sembrador
Tierra que nos das
Tierra que nos quitas
Tierra que nos duele
¡Tierra bendita!
Con los pies en la tierra
Con las manos en el corazón
La mirada perdida
Del que llora un amor.
Manos que siembran
y recogen los frutos de Dios.
Manos que amasan y alimentan
los hijos del amor.
Manos campesinas,
que saben de frío y calor.
Manos que cultivan,
y nos entregan su tesón.
Ahí viene mi viejo,
del campo del patrón.
Qué bueno que viene luego,
todavía queda sol.
Lo esperan las gallinas,
el riego y el calor.
Qué bueno que viene luego,
todavía queda sol.
Oye viejo, aquí le tengo
recién horneada la tortilla.
Qué bueno que viene luego,
Todavía queda sol.
He criado tres chiquillos,
Tan buenos como él.
Hemos sido muy felices,
junto al campo del patrón.
¿Lo acompaño, mi viejito?
Que tan cansado llegó.
Tengo mate y sopaipillas,
Sirvámonos junto al fogón.
Así pasan los días,
los meses, los años.
Y toda una generación
Así pasa la vida,
Junto al campo del patrón.
¿Por qué no viene mi viejo,
ni nada me manda a avisar?
¿Por qué vienen mis chiquillos,
si en el trabajo tenían que estar?
Algo mi corazón dice,
algo me vienen a avisar.
Eso que nunca quise,
ni saber, ni pensar.
Mi viejo ya no vendrá
Para ustedes queda día,
para mí el sol ya se perdió.
Muere Evita