Había una vez, una niña que estaba aburrida, que se cayó de la cama.
Ya en el suelo, vio algo brillar bajo la cama. Se metió y fue transportada hacia un cuarto con tres puertas. Una tenía un hada, la segunda, un vampiro, y la otra, un árbol al revés.
La niña se llamaba Jennifer, pero le decían Yen.
Yen entró a la puerta con el hada. Cuando abrió los ojos, estaba en un mundo mágico, se subió a un Pegaso, nadó con las sirenas y voló con las hadas.
Luego, fue a la puerta con el vampiro. El cielo estaba rojo y había un silencio absoluto. Todo estaba destruido. Vio una sombra acercarse desde la oscuridad, era un vampiro, pero uno pequeño, tenía 10 años, igual que Yen.
El vampiro le dio un beso y se hicieron grandes amigos, después de todo el vampiro llamado Jhon era huérfano. Más encima, era el único que quedaba.
Yen: ¿Cómo te llamas?
Jhon: Jhon, ¿y tú?
Yen: Yen
Jhon: ¿Cuántos años tienes?
Yen: 10
Jhon: Yo igual.
Después de un rato, los dos fueron a la última puerta. ¡Adivinen!… era un mundo al revés, donde encontraron a otro niño llamado Max, quien también era huérfano.
– Los invitaré a mi casa, dijo Yen.
Cuando llegaron, Yen le preguntó a su mamá si los podía adoptar y ella aceptó.
Cuando los tres hermanos estaban aburridos se iban a las tres puertas.
Muere Evita