Si el Brachiosaurus («reptil con brazos«, en latín) hubiera existido en nuestros días, habría sido capaz de ver sobre un edificio de tres pisos. Aparentemente, se adaptó para obtener alimento de las copas de los árboles más elevados de su tiempo, aunque también se cree que comía hierba a ras de suelo. Sus prolongadas extremidades anteriores y hombros elevados le permitían alzar el cuello y su cabeza, así como bajarlos y moverlos en todas direcciones.
Para ayudarse a digerir su alimento, este herbívoro poseía pequeñas piedras así como, quizás, bacterias, en su estómago. En cuanto a la cantidad de comida que necesitaba para nutrirse adecuadamente aún es discutible.
Si era de sangre caliente, habría requerido al menos 200 kilos de coníferas pequeñas y otros vegetales diariamente, lo que le hubiera tomado mucho tiempo. Pero si su sangre era fría, posiblemente necesitaría mucho menos alimentos. Se movía en manadas que recorrían los bosques de la época.
Su enorme porte, peso (cerca de 40 toneladas) y garras le facilitaban la defensa contra sus depredadores, aunque las crías sí podían ser atrapadas y devoradas por estos últimos.
Un enigma relacionado con este dinosaurio es que si hubiera sido de sangre caliente habría necesitado solo diez años para convertirse en adulto, pero si era de sangre fría, habría tardado, mínimo 100 años para ello.
¿Dónde vivió?
Habitó hace 145 millones de años, a finales del periodo Jurásico y principios del Cretácico, en los actuales territorios de América del Norte, Europa, Asia, África y quizás en Australia.
¿Dos corazones?
Algunos científicos piensan que era improbable que el corazón del Brachiosaurus fuera capaz de enviar sangre a su cabeza si la tenía arriba mucho tiempo, el necesario para alimentarse. Otros investigadores creen que tal vez poseía un segundo corazón para ayudar. En todo caso, si hubiera sido solo un corazón, este habría tenido que ser tan grande, que un hombre adulto podría haberse sentado en él.
