LA TERCERA, Ximena Muñoz
Son inquietos, creativos, visionarios, con capacidad organizadora, buenos alumnos, participativos, quieren tener su propia empresa o trabajar en forma independiente y orientados a la excelencia. Es el perfil de los alumnos emprendedores, aquellos que, motivados por sus habilidades y gustos, son capaces de armar su propia empresa a los 16 años, estimular al colegio a cambiar el uniforme o realizar obras sociales para ir en ayuda de los más necesitados. Incluso, en algunos casos han estimulado a sus propios colegios a abrirse a talleres que fomenten el emprendimiento.
En los Liceos Técnico- Profesionales es parte de la malla curricular crear una empresa con capital inicial, accionistas, productos, sistema contable, inventario, personal, ventas y resultados. No así en el resto de los colegios. Por ello, aunque no lo tienen incorporado dentro de su currículo obligatorio, algunos están comenzando a abrirse a talleres para estimular esta actividad. Incluso, el Santiago College lo tiene incorporado como un objetivo transversal en todas las asignaturas.
Es que el emprendimiento tiene más beneficios que el mero enriquecimiento personal. “Les hemos ido demostrando a los papás que el niño que es de mentalidad abierta, que es indagador, pensador y reflexivo está mucho mejor preparado que el niño que memoriza todo, porque están más orientados a buscar soluciones, a trabajar y aceptar a los otros, a tomar riesgos y hacerse responsables”, señala María Elena Langdon, coordinadora académica del SC.
Actitud ante la vida
En ese colegio el objetivo de despertar y desarrollar las habilidades emprendedoras parte en el primer ciclo de la enseñanza y culmina en Tercero y Cuarto Medio, con el ramo de Economía en el que los alumnos deben crear una empresa.
Otros establecimientos como el Colegio Argentino del Sagrado Corazón, Universitario Inglés, Apoquindo (Masculino), y Hrvatska Skola y San Luis, ambos de Antofagasta, han abierto sus puertas a los talleres que realiza la Red Comunicacional Momento Cero, dedicada a estimular el emprendimiento entre los jóvenes. Elías Tefarikis, director de Educación y Gestión de la entidad, explica: “El emprendimiento no sólo tiene relación
con el negocio, sino con la motivación personal de realizar una acción que me permite expresarme. Es una actitud ante la vida”.
La Universidad Católica también ha realizado talleres para escolares emprendedores, donde se estimula a los jóvenes a trabajar en equipo, diseñar dispositivos electrónicos y estimular su creatividad. Durante el verano de 2006, 40 escolares participaron en el Campamento Tecnológico de Robótica, proyecto Explora-Conicyt, en la UC, y seis fueron seleccionados para inventar un producto robótico.
Fue una semana de trabajo teóricopráctico, con una visita a la Teletón para observar las necesidades y problemas que los discapacitados tienen diariamente y que la robótica y la inventiva de los jóvenes podría resolver. El año pasado diseñaron una silla eléctrica con motor, y antes, una cama de rehabilitación que están ocupando en Coanil.
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