Fecha de edición: 10/10/2008
El creador de la prueba internacional PISA (Programme for International Student Assessment), Andreas Schleicher, que se encuentra de visita en Santiago, afirmó que si Chile hace una buena inversión en la educación pública, ubicando allí a los mejores profesores, el país podrá corregir las desigualdades que existen en la enseñanza.
Schleicher se reunió ayer con la ministra de Educación, Mónica Jiménez, y con Vivian Heyl, presidenta de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt), para analizar los resultados de la prueba PISA 2006. Schleicher sugirió que los mejores colegios chilenos, cuando ven los resultados del examen PISA, no deberían compararse con otros establecimientos educativos nacionales, sino cotejarse con los mejores de Europa.
«Y eso me parece importante porque normalmente los mejores colegios de Chile se comparan con los colegios chilenos, y encuentran que lo están haciendo muy bien. Y él nos acaba de decir que esa no es una comparación válida», dijo la secretaria de Estado. «Nos señaló que hay que convertir las pedagogías en carreras muy desafiantes; y que éstas se conviertan en carreras del conocimiento, donde uno tiene la posibilidad de aprender más y de superarse permanentemente», aclaró.
El experto señaló que en Canadá se incorporaron los examenes de validación cada cinco años. O sea, los profesores tienen que volver a dar exámenes y si no salen bien evaluados están obligados a ponerse a la altura. Schleicher dice que no son los salarios lo que más estimula a los profesores, sino las condiciones de trabajo.
Respecto a la prueba PISA 2009, la ministra dijo que cada colegio, de cualquier nivel, tiene que ponerse sus propios desafíos. «Él nos dijo que hay colegios que lo tienen todo dado y por lo tanto es fácil sacar buenos resultados. Hay otros que no tienen todo dado, porque tienen muchas adversidades culturales», señaló la secretaria de Estado.
La Prueba Pisa es una prueba internacional que busca evaluar los logros en conocimientos y habilidades esenciales para la participación plena en la sociedad, en alumnos de 15 años de diversos países.
